Equipo de
INVESTIGACIÓN

La Universidade de Santiago (USC) está trabajando para conseguir “la máxima presencialidad y calidad posible”
Medicina
Jorge Garnelo

Días de dudas entre los futuros sanitarios sobre el regreso online y sus prácticas clínicas, las cuales se realizarán en función de lo que dictamine el Sergas. Ante esta situación, desde la USC señalan que intentarán buscar espacios, con el objetivo de lograr “la máxima presencialidad y la mayor calidad posible”.

La complicada tarea de gestionar la vuelta del curso universitario, adaptándose continuamente a la situación del covid-19 y las medidas que dictan las autoridades sanitarias, supone un enorme desafío para el equipo que gestiona la institución académica compostelana, especialmente respecto a la Facultad de Medicina y su actual situación.

Precisamente, ayer mantuvieron una reunión Antonio López (rector) y Javier Ferreira (gerente), junto a otros miembros del equipo de gobierno y directores de los diferentes departamentos de esta carrera.

“Obviamente estamos preocupados por el inicio del curso porque es una facultad extremadamente compleja”, explica Ferreira, señalando que la universidad está trabajando para eliminar todas las carencias del edificio que acoge anualmente a un total de 380 nuevos estudiantes.

En este sentido, un nuevo documento sobre las posibles previsiones con relación a las prácticas clínicas de estos alumnos, según la fuente consultada, enviado por su delegado de curso, vislumbra el panorama que se podría presentar.

El informe incide en que la competencia para autorizar el acceso de los estudiantes a los centros sanitarios corresponde a las autoridades sanitarias, es decir, a la Consellería de Sanidade, por lo que todo el contenido del mismo estaría supeditado a su previa autorización.

POSIBLE ESCENARIO. El escrito señala que la Axencia de Coñecemento e Saúde (ADIS) plantea una reducción del número de alumnos en prácticas en los hospitales y demás centros, siempre que se mantenga este estado en cuanto al coronavirus, llegando a una serie de acuerdos y suspendiendo las prácticas de cada asignatura mientras se mantega esta situación sanitaria.

Del mismo modo, se mantendrían las “materias prácticas” del sexto curso en su integridad, siguiendo las instrucciones del ACIS de conservar (en la mayor medida de lo posible) las practicas de los últimos cursos de las titulaciones.

Por lo que respeta a las del resto de cursos, en quinto quedarían las de rotación en los centros de salud (Medicina de Familia) en atención Primaria, ofertándose en las siete áreas sanitarias del Sergas, pero se suspende el rotatorio en el hospital.

Para cuarto las prácticas se reducirían al 50 %, dividiendo cada uno de los grupos en dos que harían respectivamente la primera mitad y segunda de cada rotación, un planteamiento que también seguirían los estudiantes de tercero.

Con el objetivo de que todas estas actividades sean lo más seguras posibles, se habrían acordado además una serie de medidas.

Previa incorporación de los alumnos a las rotaciones se les llamaría para que realizasen una prueba PCR, teniendo que acudir a esta primera cita todos los alumnos de sexto curso; los de quinto que vayan a hacer la rotación en Medicina de Familia; los de cuarto, la primera mitad al comienzo y la segunda 15 días más tarde; y aquellos de tercero, igual que estos últimos.

CITAS AGILIZADAS. Para agilizar la citación del alumnado, se remitiría a la Dirección da área Sanitaria el listado de los estudiantes, debiendo constar en ellos su DNI y su contacto telefónico, ya que a la hora de realizar las pruebas se les enviaría un SMS con la hora y el lugar.

El espacio donde se tomarían las muestras de la PCR sería en las carpas COVID-AUTO, instalándose en la entrada del Hospital Gil Casares.

En el caso de que los resultados fuesen negativos, el interesado se enteraría nuevamente a través de un mensaje de texto vía móvil. Por contra, si este fuera positivo, se llamaría al afectado, mediante una comunicación previsiblemente realizada por un facultativo de Saúde Laboral (Servizo de Medicina Preventiva), que también le indicaría las medidas pertinentes a tomar.

Además, los profesores y docentes de estas prácticas llevarían el debido control documental del itinerario de cada estudiante, con el objetivo (si es necesario) de tener la trazabilidad de sus alumnos en el caso de que hubiese algún caso positivo por coronavirus.

EL PROTOCOLO VIGENTE. Desde la USC, Ferreira señala que, hasta ahora, “el único documento que hay es un protocolo de la facultad que parte de que vamos a iniciar el curso con presencialidad reducida”.

Asimismo, el gerente de la institución académica recuerda que “las prácticas están condicionadas a lo que establezca el Sergas, no decidimos nosotros”, indicando que buscarán garantizar el regreso a las aulas con la mayor calidad posible.

Para conocer en profundidad la situación que afronta el Grado de Medicina, este periódico intentó contactar con su decano, Julián Álvarez, quien no pudo contestar por el trabajo que afrontan estos días.