Los bancos de alimentos prevén meses más complicados por el alza de precios

Aumentan las familias en situación de desigualdad social // Las entidades solidarias notan ya los efectos del IPC en produtos básicos y advierten de sus consecuencias en las personas vulnerables
Susana Martínez
Recogida de alimentos en un supermercado para donar a los bancos de alimentos y entidades caritativas. Foto: E. Press

Los bancos de alimentos son entidades basadas en el voluntariado que hacen frente a la pobreza en sus zonas de actuación a través de otras instituciones que mantienen un contacto estrecho con los colectivos sociales vulnerables.

En Galicia, el 28,1 % de las personas no tiene capacidad para afrontar los gastos imprevistos, y el 8,5 % se ve obligado a retrasar pagos relacionados con la vivienda o a hacer compras a plazos. El 6,6 % de la población tiene mucha dificultad para llegar a fin de mes.

En cuanto a la renta básica de inserción, y según el informe de la Red Europea de Lucha contra la Pobreza y la Exclusión Social en España, titulado El Paisaje del abandono, son 14.238 los gallegos titulares de prestación, con 15.456 miembros dependientes. Se calcula que 29.694 personas representan una tasa de cobertura en Galicia del 14, 6 por ciento.

La mayoría de las personas que se encuentran en situación de pobreza severa en la comunidad son mujeres, representando un 51,2% frente a un 48,8% de hombres; y una de cada cuatro (24,3 %) tiene menos de 18 años, un porcentaje que se eleva hasta un 40,5 % si se suman las personas entre 18 y 29 años de edad.

Por otra parte, el grupo de personas mayores en pobreza severa representa el 8,7 % del total, ante lo que el informe destaca que la práctica totalidad de sus ingresos vienen determinados por el importe de las pensiones que reciben, esto es, que no pueden salir por sí mismas de la situación de pobreza severa y se encuentran en una situación de dependencia.

Además, estas personas quedan fuera del nuevo Ingreso Mínimo Vital al tener más de 65 años. Del informe también se desprende que tener hijos puede resultar un importante factor de riesgo de exclusión económica, pues el 38 % de la población en pobreza severa pertenece a hogares formados por adultos con uno o más niños a cargo.

Es así como el 25,7 % de la población gallega –693.900 personas– está en riesgo de pobreza o exclusión social (tasa Arope) en 2020, año marcado por la pandemia, lo que supone 1,4 puntos más que en 2019 (24,3 %) y un incremento de 37.800 personas. Supone la tasa más elevada en Galicia desde 2015, cuando también se alcanzó el 25,7 % de la población, según la Encuesta de Condiciones de Vida publicada por el Instituto Nacional de Estadística (INE). La cifra gallega está ligeramente por debajo de la media española (26,4 %), que también crece, en su caso desde el 25, 3% de 2019.

Todos estos colectivos representan grupos de vulnerabilidad social y económica, que se ven mayormente afectados por las fluctuaciones de los precios de mercado, especialmente en lo que se refiere a la cobertura de necesidades básicas, como es la alimentación, el transporte, la vivienda o la higiene, así como otros productos y servicios indispensables para el desarrollo de la vida. Es así como, ante un panorama muy complicado, acrecentado por la crisis derivada de la covid-19, los colectivos más vulnerables vieron empeoradas sus condiciones de vida.

Además, hay que añadir que en los últimos meses se ha visto incrementado el precio de la vida, a través de la subida en la factura de la luz, alcanzando varios máximos históricos consecutivos en los útlimos meses; o el gasóleo y la gasolina, que en los últimos doce meses, según las estadísticas del INE sobre la evolución del IPC, se han encarecido un 23 y 22 % respectivamente.

En este escenario, muchas personas experimentan la odisea de llegar a fin de mes, que en muchos casos, no alcanza un puerto estable. Es por esto que los bancos de alimentos registran una actividad al alza, según asegura el presidente de Fegaban –Federación Gallega de Bancos de Alimentos–, José Pita.

“Desde enero se ha registrado una actividad en aumento, a pesar de que en los meses de verano ha habido un ligero descenso” explica. Sin embargo, este descenso se debe “mayoritariamente a la desconexión por las vacaciones, o por los trabajos temporales que pueden salir en verano”

Además, prevé que el próximo año, y también los últimos meses de 2021, sean más complicados y duros tanto para las familias como para los bancos de alimentos. Pita señala que “espera con terror” las consecuencias de la subida de los precios en las facturas de los gallegos.

Por otro lado, según explican desde la Fundación Amigos de Galicia, una organización sin ánimo de lucro que trabaja en la lucha contra la exclusión social, “estamos en una situación en la que aumentan los precios de la luz, combustibles, gas, etc.. todo repercute en la cesta de la compra y , al final, en las personas que están cobrando prestaciones de servicios sociales, por lo que tenemos que reforzar nuestras actuaciones”. Además, existen grupos específicos más propensos o que manifiestan un mayor índice de pobreza en función de las características sociales en las que se establecen. Según señalan desde la fundación, los colectivos a los que más atención prestan son las familias con menores a cargo, las mujeres víctimas de violencia de género o e situación de vulnerabilidad, personas inmigrantes y personas mayores.

En Galicia, según explican, “más de 130.000 personas mayores de 65 años viven solas, muchas de ellas por carecer de familiares o personas de referencia, por lo que se encuentran en una situación de soledad, abandono y aislamiento social”. Esto, señalan, implica una incapacitación muchas veces para realizar tareas cotidianas, como gestiones administrativas o bancarias, entre otras.

Destacan además que se produjo un aumento de las familias que demandan servicios de estas características, pero preocupa sobre todo el aumento de familias. Con todo, explican, “el trabajo que realizamos las entidades dedicadas a este labor, junto con las tarjetas monedero de la Xunta de Galicia, está sirviendo para ir capenado la situación, hacerle frente y cubrir las necesidades básicas” de quien no puede pagar las facturas a finales de mes.

Por otra parte, y de la misma forma que José Pita, desde Fegaban, también notaron un incremento notable en el precio de los alimentos. El INE cifra en el alza del IPC de septiembre en Galicia en un 4,6 % respecto al mismo mes del año pasado. Luz, gas y calefacción se encarecieron un 37 % en el último año.

En cuanto a los productos de primera necesidad, la FAG alerta de un “notable incremento en el precio de la fruta, el pescado, y lácteos, básicos en cualquer dieta”. Esta situación desemboca en un aumento en el consumo mayor de productos más baratos, como pastas y arroces, “ que pueden crear en muchos casos, obesidad infantil” debido a la falta de equilibrio en la dieta.

La Federación de Bancos de Alimentos y la Fundación Amigos de Galicia subrayan la solidaridad de las personas y empresas que colaboran aportando ayudas y donaciones. Con todo, la pandemia acentuó algunas problemáticas y necesidades ya existentes con anterioridad, pero que alcanzaban los niveles en los que se encuentran actualmente.