Los cárteles proyectan otra ‘marea blanca’ tras un nuevo récord de producción de coca

La ONU revela que grupos delictivos internacionales controlan zonas de cultivos// Preocupa el incremento de actividad en la región de Amazonía, lugar donde se nutren los narcos gallegos
Alarma
Lucía López
control. Un agente antidroga colombiano en una plantación ilegal de coca Foto: Efe

“En el 2021, el cultivo de coca alcanzó niveles históricos en Colombia y se rompió la tendencia a la reducción que se venía presentando en los últimos tres años; la producción potencial de cocaína también alcanzó su máximo histórico y mantiene la tendencia al incremento que viene consolidándose desde el 2014. A esta situación se llega por la interacción de procesos a corto y largo plazo que suceden bajo la influencia de factores estructurales presentes en Colombia”.

Es el alarmante resumen que se puede leer en el informe Monitoreo de territorios afectados por cultivos ilícitos 2021, presentado en ese país sudamericano el pasado viernes por la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC).

Ahí se comprueba que el área sembrada llegó a las 204.000 hectáreas en 2021, dejando muy atrás las 143.000 de 2020. No varió la tendencia en cuanto a la producción de cocaína en Colombia que continúa incrementándose en cada ejercicio, desde inicios de este siglo, alcanzando el pasado año las 1.400 toneladas métricas frente las 1.228 toneladas del anterior, el de 2020.

Candice Welsch, directora de UNODC para la Región Andina y el Cono Sur, afirmó en declaraciones a InSight Crime que “el 62 por ciento de los cultivos se encuentran en los departamentos de Nariño, Norte de Santander y Putumayo, y el incremento histórico está relacionado con una mayor capacidad de extraer cocaína y lotes altamente productivos”. Tendencias que se venían reflejando en los informes de años anteriores.

“Además”, agregó Welsch, “el fenómeno también está relacionado con la vulnerabilidad en los territorios, la crisis económica y los cambios en el narcotráfico, así como una mayor demanda de cocaína a nivel internacional”.

Precisamente los pedidos que hay que atender en otros mercados, especialmente en Europa, hace que los principales cárteles colombianos estén activando sus resortes para enviar una nueva marea blanca de coca hacia nuestro continente contando con sus socios en la Península Ibérica.

Precisamente en otra de las partes de este informe, el organismo de la ONU se refiere a la región de la Amazonía, formada por los departamentos de Amazonas, Guainía y Vaupés, donde se concentran los envíos de alijos de cocaína hacia Europa y África y que está bajo el control casi absoluto de grupos delictivos.

“ESTA REGIÓN”, SE SEÑALA EN EL DOCUMENTO DE UNODC al que tuvo acceso este periódico, “mostró un crecimiento del 27 % con respecto al 2020, interrumpiendo la tendencia a la reducción que inició en el 2010”. Para añadir que “la presencia de actores armados en esta región está asociada a las disidencias de las Farc-EP, las cuales en los departamentos de Vaupés y Guainía se fortalecieron y ejercen un importante control sobre la población”.

Esta parte de l informe concluye alertando de que “en el Amazonas operan de manera diferente, pues las disidencias están en alianza con organizaciones criminales transnacionales -principalmente brasileñas como el Primer Comando de la Capital (PCC), con las cuales mantienen un fuerte dominio territorial sobre las rutas del narcotráfico y la minería ilegal. Estas rutas permiten abastecer el mercado local de consumo en Brasil y además el tráfico internacional con destino especial hacia África y Europa”.

Sentencia el organismo de la ONU que “esta región se ha convertido en una zona estratégica para el tráfico y la circulación de drogas” y de esta zona partieron hacia las costas gallegas desde el narcosubmarino capturado en la ría de Aldán en noviembre de 2019 como las cerca de toneladas de cocaína que se enviaron en la marea blanca de 2020, durante la pandemia, buena parte de la cual fue incautada a bordo del mercante Karar, dentro de la operación Donkey, o en las planeadoras que entraron en la ría de Arousa en pleno confinamiento tras alijarlas de un yate en el que se encontraban Antolín Fernández Pajuelo y Carlos Silla.

También de la Amazonía los cárteles colombianos enviaron a este último (el vilagraciano Silla) con casi cinco toneladas de cocaína en un yate incautado cuando se encontraba en aguas portuguesas.

EN EL CAPÍTULO ‘CAMBIOS Y TENDENCIAS en el cultivo de coca, en la producción y el tráfico de cocaína en Colombia’ señala el informe de la ONU que “entre los diferentes factores evidenciados, se resaltan tres cambios determinantes” haciendo especial hincapié en “la presencia y la aparente consolidación de actores que dinamizan estas actividades ilícitas y la forma en que interactúan”, en referencia a grupos delictivos que están controlando y facilitando el aumento de la producción de pasta de coca que acaba siempre en sus manos.

Para ello no dudan, señalan los autores del documento, “en los productos que se tranzan en los territorios, en particular una mayor oferta de bienes y servicios para transformar el dinero en bienestar” , y combatir de esa forma la política gubernamental, inspirada y patrocinada por EEUU para erradicar los cultivos.

También facilitan esos grupos criminales medios en los “territorios con mayor concentración y permanencia de la coca, donde coinciden nuevas dinámicas en el cultivo, representadas en nuevas cultivariedades, métodos de siembra tecnificados y mayor eficiencia en la transformación a cocaína, bajo un modelo de enclaves”.