Miles de buques con carga peligrosa siguen pasando cada día frente a la costa gallega

Greenpeace denuncia que aún se dan las condiciones para que se produzca otro Prestige, pues nada ha cambiado a nivel de seguridad desde el año 2002
Denuncia
Alfonso Laxe
costa gallega, meses después de la catástrofe. Decenas de miles de voluntarios se afanan por retirar con sus propias manos los restos del inmenso vertido. Foto: Efe

La organización ecologista Greenpeace recordó este jueves que la posibilidad de que se repita un desastre ecológico como el del Prestige, del que ahora se cumplen 20 años, es tan cierta como en 2002 dado que las condiciones son exactamente las mismas.

“Aproximadamente el 70 % del transporte marítimo de petróleo en la Unión Europea, cifrado en más de 800 millones de toneladas, se realiza frente a las costas del Atlántico y del Mar del Norte”, recuerda la ONG en un comunicado, en el que señala que frente a Galicia siguen pasando más de 36.000 barcos al año, un 35 por ciento con mercancías peligrosas como el petróleo.

El “desastre ambiental más grave de nuestra historia”, recuerda Greenpeace, tuvo lugar pese a que Galicia había sufrido hasta cuatro catástrofes similares en las tres décadas anteriores sin que, como ahora, se hubiesen previsto medios ni un plan de contingencia mínimamente eficaz para abordar el naufragio.

Los ecologistas responsabilizan a las autoridades y su “negligente actuación” de la magnitud de aquel desastre de alcance continental, “antes, durante y después” del naufragio, por el encadenamiento de errores críticos y por alimentar la desinformación sobre las dimensiones de la catástrofe.

“La desinformación oficial fue una de las principales características de esta catástrofe de repercusión internacional: fue escasa, insuficiente y, en ocasiones, falsa”, afirma esta organización.

Ahora, con motivo del 20 aniversario de aquella tragedia, Greenpeace también ha aprovechado la ocasión para recordar una vez más que son los combustibles fósiles los principales responsables de la crisis climática en la que estamos inmersos y que su papel en el sistema energético debe ser sustituido con urgencia por alternativas renovables, más limpias, más baratas y más justas.

Según Greenpeace, la industria fósil continúa actuando con total impunidad y opacidad, creando redes de sociedades fantasmas de toda índole para proteger sus peligrosos cargamentos y eludir responsabilidades en caso de accidente, como sucedió en el caso del Prestige, en el que la batalla judicial continúa veinte años después.

Para Greenpeace debe existir un mecanismo claro que haga que la industria petrolera, que aprovecha los recursos naturales, se haga responsable de las consecuencias (principalmente medioambientales y naturales) derivadas de su lucrativa actividad económica.

Tal y como informa la asociación ecologista Adega, los impactos del vertido del Prestige sobre los ecosistemas se fueron diluyendo con el tiempo, de hecho, según diversos estudios, la productividad biológica casi recuperó los niveles previos a la catástrofe apenas 5 años después.

Sin embargo, el balance elaborado en base al registro de recogida de animales petroleados de por aquel entonces y a los datos científicos de cálculo de estimaciones que existen a nivel mundial, indicaba que la mortalidad efectiva estimada afectó a 125.000-300.000 aves, 337-841 tortugas, 33-84 cetáceos, 11-28 lobos marinos y 18-46 nutrias.

Las poblaciones de algunas aves pelágicas en Galicia, según Adega, no se recuperaron después del Prestige, considerándose actualmente extintas. Es el caso del conocido en Galicia como ‘arao dos cons’. Asimismo, el fuel llegó a penetrar en un Parque Nacional, en un Parque Natural, en 20 LICs (lugares de interés comunitario) y seis ZEPAs (zonas de especial protección de aves).

En estos espacios también resultaron afectadas comunidades vegetales que caracterizan a 20 hábitats terrestres protegidos por la Directiva de Hábitats, algunos muy escasos y sensibles como los diferentes tipos de dunas y depósitos mareales. Con estos datos, y teniendo como referencia otras mareas negras históricas, la del Prestige puede considerarse, sin lugar a dudas, como una de las peores a nivel mundial, tanto por el número de especies afectadas, como por el número de espacios naturales involucrados.