Este 8-M ellas recuperaron unas calles de las que las alejó la covid, en un día en el que poco o nada tienen que celebrar: les toca, nos toca a todos, pelear 365 días al año por la igualdad real. TEXTO Iago Antón

“Mulleres, ás rúas, a loita continúa”

8M
Iago Antón
En Santiago se quemaron las lacras que sufren las mujeres. Foto: CIG

No fue una fiesta. Nunca lo será hasta que no sea necesario cada 8 de marzo, 8-M, conmemorar el Día Internacional de la Mujer. Pero resultó emocionante volver a ver al colectivo femenino y feminista conquistar de nuevo las calles en los cientos de actos repartidos por localidades de toda España, decenas de ellos tiñendo de violeta Galicia. Retornaron a unas vías y plazas de las que el coronavirus las alejó hace un año. De 2020 y de cómo se las maltrató previamente a la llegada oficial, encierro incluido, por la covid-19 pocos se acuerdan ya. Ellas no olvidan. A medio día, convocó la CIG en 21 localidades; el colectivo feminista alrededor de Galegas 8-M sumó una treintena más focalizadas en turno de tarde-noche, partir de las siete de la tarde, como fue el caso de la que congregó en Compostela a una multitud de miles de mujeres que recordó a las grandes marchas de 2018, y a la que acudieron los principales representantes políticos de la oposición en Galicia, sindicatos y todo tipo de asociaciones.

“Mulleres, ás rúas, a loita continúa”, coreaban; “Nin escravas, nin heroínas”; “Mulleres con dereitos xa!”, fueron otros de los lemas. Recoge Europa Press que en la capital gallega, desde la Praza 8 de Marzo, esta marea humana recorrió las calles hasta la del Obradoiro. Otros de sus cánticos fueron “Non é non, o demáis é violación”, o “Non somos histéricas, somos históricas”.

La nota más musical la pusieron un grupo de madres y niños que han frenado en varios puntos del recorrido para cantar y bailar ‘Ay mamá’, la canción con la que Rigoberta Bandini compitió para ir a Eurovisión.

Ya en el Obradoiro la gran manifestación fue recibida con la música de las Tanxugueiras, de las que además se han visto varias pancartas con sus letras como “Esas bravas gorxas veñen para quedar”. Una llegada desarrollada muy lentamente, pues la cabecera de la manifestación tuvo problemas para avanzar al entrar por la compostelana Rúa do Franco, debido a la gran cantidad de gente que participaba. Por ello varias portavoces del colectivo convocante, entre las que estaban Laura Seara o Rosa Arcos.

Reivindicaron el papel de las mujeres como “cuidadoras, educadoras y trabajadoras domésticas no remuneradas”, figuras que “sostienen la vida” mientras “el capital paga todo ese trabajo con violencias”. También han exigido el fin de la violencia contra las mujeres, un objetivo para el que han pedido “todos los recursos económicos, sociales, médicos, judiciales y políticos” y que se apueste por la lucha contra la trata”.

Otra de las demandas que más fuerte han sonado fue que “las políticas públicas sean diseñadas por los feminismos”, que se erradique la “lógica patriarcal del poder” que “reproduce el sistema educativo” o que se eliminen los “contenidos sexistas” del ámbito de la comunicación y de la cultura. Además de en Santiago, este martes el feminismo también logró llenar las calles de las siete grandes ciudades gallegas, así como en más de una veintena de localidades, como Allariz, Vilagarcía de Arousa o Monforte de Lemos.

El secretario xeral del PSdeG, Valentín González Formoso, participó en la marcha de Compostela y aprovechó para destacar que “el socialismo está con el feminismo”. Iba tras una pancarta en la que se podía leer ‘Contra la mercantilización de las mujeres, abolición’.

Entre la multitud también se ha podido ver a otros representantes políticos como Goretti Sanmartín, portavoz del BNG en el Concello de Santiago y a otras figuras destacadas del feminismo gallego, como la activista Luz Fandiño.

El Colexio de Educadoras e Educadores Sociais de Galicia también se sumó a las manifestaciones convocadas en toda Galicia por la plataforma ‘Galegas 8M’. Y apostó por la “incorporación de la perspectiva de género” en su desarrollo profesional, para tratar de construir una “educación social feminista” que favorezca una sociedad “igualitaria, justa y equitativa”. Por su parte, el Colexio Profesional de Xornalistas de Galicia publicó un manifiesto, redactado por la periodista Isabel Bravo que denuncia que “la gran pandemia” de la profesión es “la desigualdad”. En el final de las marchas de la CIG se realizó a mediodía una quema simbólica de todas las discriminaciones, desigualdades y la violencia que padecen las mujeres. La brecha de género es la primera.