Piden más detalles del naufragio al sospechar que no hubo seguridad

Allegados de los marineros desaparecidos creen que se incumplieron varias medidas, lo que habría contribuido a anular la posibilidad de salvación de los 21 tripulantes
Naufragio
Ramiro Ponte
familia. María José de Pazo, hija del jefe de máquinas del ‘Villa de Pitanxo’, Francisco de Pazo, respondiendo ayer a los medios. Foto: B. Ciscar

Las sospechas continúan abriéndose paso entre las familias de los doce marineros desaparecidos conforme pasan los días y las respuestas siguen sin llegar. Es tal la desinformación que tanto han denunciado ante los medios, que ahora incluso barajan la posibilidad de que dentro del

Villa de Pitanxo, naufragado el pasado martes en aguas próximas a Terranova (Canadá), no se cumpliesen todas las normas de seguridad, considerando que esa falta de garantías pudo contribuir “en gran medida” a anular las posibilidades de salvación para los 21 marineros que han perecido en la catástrofe marítima.

Así lo reflejaron este jueves en un escrito que presentaron por registro en la Subdelegación del Gobierno de Pontevedra, antes de una reunión con el director de Salvamento Marítimo, José Luis García Lena; el director general de la Marina Mercante, Benito Núñez; y el delegado del Gobierno en Galicia, José Miñones.

Los familiares de los desaparecidos, además de preocuparse de la recuperación de los cuerpos de las doce personas que siguen desaparecidas, quisieron dar un paso más en su búsqueda de respuestas y exigen conocer los detalles del siniestro.

El Villa de Pitanxo, antes de hundirse, emitió varias peticiones de socorro y por ello las familias de las víctimas reclaman conocer, entre otras cuestiones, a qué hora se recibió la señal de alerta, quién respondió a ella o qué protocolos se activaron.

Entre sus prioridades también está averiguar a qué hora tuvieron conocimiento del naufragio los barcos que faenaban en la zona NAFO, los servicios de rescate canadienses o la casa armadora del arrastrero gallego y cuándo llegaron los primeros medios al lugar del naufragio.

Recordando además que la última posición comunicada por el barco data de dos semanas antes del día del hundimiento, los familiares pidieron también información meteorológica de la madrugada del naufragio, saber dónde estaban los otros barcos que trabajaban en Terranova o averiguar las capturas que llevaba el Villa de Pitanxo para determinar el peso que tenía el buque.

A estas peticiones sumaron, con respecto al rescate en sí, saber quiénes eran los fallecidos que acompañaban a los tres supervivientes en la balsa salvavidas en la que fueron hallados o cuántos llevaban puesto los trajes térmicos de supervivencia.

Durante este encuentro también han vuelto a reclamar el uso de medios “adecuados” de rastreo e inmersión para averiguar si hay cadáveres dentro del pecio. Para ello entienden que las autoridades deben aclarar la localización exacta del barco en base las informaciones disponibles, entre ellas las últimas señales de socorro o los dispositivos de localización, para así determinar a qué profundidad está el pesquero.

SIETE FALLECIDOS CON CORONAVIRUS. Aún quedan muchas incógnitas por resolver en relación al hundimiento del Villa de Pitanxo y otra de ellas es cómo se coló el virus en la embarcación naufragada en aguas cercanas a Terranova. En base a los análisis forenses de los cuerpos que se hallaron, cuyos resultados se notificaron a las familias, hay una evidencia: siete de los nueve marineros fallecidos tenían coronavirus. ¿Pero cómo lo cogieron en alta mar? Y lo más importante: ¿cómo llegaron a España los cadáveres sin guardar cuarentena?

Por el momento, los allegados parecen estarse movilizando también para esclarecer esta cuestión. Desde Galicia, María José de Pazo --hija de Francisco, jefe de máquinas del pesquero gallego-- informó ayer sobre estos hechos, dejando claro que sólo dos de los marineros difuntos no estaban infectados. Pese a ello, desde el arrastrero congelador no constan llamadas al servicio médico.