“Pinta bien” el clima para Semana Santa aunque habrá lluvia durante San José

Humedad y mucho calor caracterizaron este invierno: el sexto más cálido del siglo XXI
Calor
Jorge Garnelo
Un hombre caminaba este jueves por la playa de Riazor, en A Coruña, en una jornada en la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) ha presentado el resumen climático del invierno de 2021, la situación del balance hídrico y la predicción estacional para el trimestre de abril, mayo y junio. Foto: EFE/Cabalar

Positivas perspectivas de cara a Semana Santa, al menos las climáticas, pues Rubén del Campo, portavoz de la Agencia Estatal de Meteorología, considera que el tiempo “pinta bien” para dichas fechas al no observarse una probabilidad de lluvias “excesivamente significativa”. El “pronóstico” ofrecido, aún adelantando que es prematuro proporcionar la predicción con gran fiabilidad, se extendería hasta los ‘días santos’. No correrá la misma suerte el puente de San José que, según el vocero, albergará una importante bajada de temperaturas, precipitaciones e incluso nieve.

La primavera meteorológica, que va de marzo a mayo, dio comienzo con una primera quincena de temperaturas normales, y seca en cuanto a chubasco. Sin embargo, la Aemet prevé que la estación será más cálida de lo habitual.

Por temperaturas, se espera que los meses de abril, mayo y junio sean más calurosos en España: al menos este trimestre 0,5 grados por encima de los valores normales que corresponden al ciclo de referencia 1991-2010.

Hasta ahora, el portavoz de la Aemet Rubén del Campo ha pronosticado que San José estará marcado por un significativo bajón de las temperaturas y más lluvia, desembocando incluso en nieve. “Va a hacer frío porque se va a producir un episodio plenamente invernal, pero no tanto como se preveía inicialmente”, reconoció el vocero.

Para Semana Santa, aunque avanzó que es demasiado pronto poder contar con una predicción muy fiable, parece que “pinta bien”, pues no se aprecia una probabilidad de precipitación “excesivamente significativa”, al menos en la primera mitad de estas festividades, hasta que aterricen los ‘días santos’.

“Este año, en general se espera una Semana Santa con baja probabilidad de precipitación y temperaturas por encima de la media, al menos hasta los días santos”, dijo en esta línea, confiando que será calurosa y seca, sobre todo en el sur, y añadiendo que para las demás zonas no hay una tendencia del todo certera.

INVIERNO MENOS FRIOLERO. Por otra parte, la Aemet destacó que este invierno fue el sexto más caluroso del siglo XXI. El período, atípicamente cálido, registró una temperatura de 7,1 grados (0,7 más) en su promedio. Sin embargo, hubo puntos muy extremos: tanto fríos como sofocantes.

En este sentido, diciembre se caracterizó por ser un mes “normal” en cuanto al clima se refiere. Los termómetros experimentaron un alza leve (+0,2 ºC) respecto al periodo de referencia 1981-2010 y el fenómeno más reseñable fue un gélido episodio que tuvo lugar cuando empezó el mes.

Asimismo, hubo dos oleadas de dicha tipología, una de ellas muy intensa, en Enero, que dejaron tras su paso una desviación más significativa y decreciente (-0,6 ºC). Mientras tanto, Febrero fue completamente opuesto, pues llegaron noches más tropicales que desembocaron en una irregularidad positiva (+2,5 ºC) en el promedio de su temperatura mensual.

Este último invierno, que fue el decimotercero más caluroso y el vigesimocuarto menos seco de los últimos sesenta años, hizo notar dichas marcas en el nordeste peninsular (donde hubo mucho calor). Igualmente, el área mediterránea y Baleares, así como Canarias, mantuvieron el carácter normal.

Así las cosas, el buen tiempo en España se vio menguado a principios de diciembre, concretamente hasta el día 10. Tras ello, descendió nuevamente el 25 del mismo mes hasta el 21 de enero. En esas etapas fue donde se registraron las anomalías negativas (es decir, más bajas que la media referencial).

De este modo, conforme indican desde Aemet, hubo registros incluso inferiores a los menos 25 grados y varios récords de bajas temperaturas, concretamente en la primera quincena de enero, que acogió la segunda oleada gélida más importante del siglo XXI.

En cuanto a las precipitaciones, el invierno fue fundamentalmente húmedo en el conjunto nacional, pero diferente según cada región. Del mismo modo, desde que comenzó el año hidrológico, las lluvias acumuladas en el territorio fueron prácticamente normales: los 218 litros por metro cuadrado recogidos se posicionaron un 11% por encima de los valores habituales para la estación.