Rajoy y González reclaman un pacto de rentas que reparta el peso de la inflación

El expresidente popular califica de Frankenstein el modelo fiscal: “Es como tener a Perón y a Robin Hood en el Gobierno” // El socialista avisa: “O nos ajustamos o nos ajustan”
IV Foro La Toja
Sabela Arias
alberto núñez feijóo, juanma moreno y alfonso rueda. El líder de la oposición junto a los presidentes autonómicos andaluz y gallego durante el encuentro en el Foro La Toja de ayer. Foto: Lavandeira Jr.

Las conversaciones del IV Foro La Toja siguen dando mucho de qué hablar y no dejan indiferente a nadie. El expresidente del Gobierno Mariano Rajoy criticó en la jornada de ayer duramente las últimas decisiones fiscales adoptadas por el Gobierno y advirtió de que están llegando a un modelo “Frankenstein”. En su opinión, es como meter “a Perón y Robin Hood” en el Ejecutivo.

Así lo afirmó durante su intervención en este encuentro que continúa en el día de hoy, en un distendido debate con el también expresidente Felipe González, quien propuso llevar a cabo unos pactos de la Moncloa con acuerdos sociales, políticos, económicos y fiscales, porque consideró que, llegados a este punto, “o nos ajustamos o nos ajustan”.

Ambos expresidentes manifestaron un entendimiento compartido en temas como la necesidad de llevar a cabo un pacto de rentas, sin embargo Rajoy ve mucho más difícil llegar a acuerdos en materia fiscal porque en este último asunto, señaló, España está “casi como Argentina”. De hecho, criticó que el Gobierno haya adoptado decisiones fiscales después de que Andalucía haya anunciado que va a aplicar una reducción en el impuesto de Patrimonio. “Estamos caminando, si es que no hemos llegado ya, a un modelo fiscal Frankenstein”, exclamó.

De este modo, el expresidente popular expresó su preocupación porque se resucite el “viejo debate ricos-pobres”. Ya que, en su opinión, esto es “muy peligroso”. “Eso es populismo, eso es Perón”, proclamó para, acto seguido, señalar que es como poner a “Perón y a Robin Hood en el Gobierno”. “Hemos cuadrado el círculo”, lamentó.

“EN LUGAR DE ACABAR CON LOS RICOS, HAGA RICOS A LOS POBRES”. Según Rajoy, el Gobierno debe tener más cuidado y no puede “jugar a dividir a la gente”, sino que tiene que intentar sumar y con un objetivo claro que sea “razonable, sensato y moral”. De hecho, lamentó que haya en España quien quiera acabar con los ricos porque en su opinión, lo que hay que hacer, es “acabar con los pobres”. “Hágalos ricos”, espetó a la vez que Felipe González le recordaba que esto lo decía Olof Palme.

Para Rajoy, esta decisión del Gobierno de “dar un tortazo” a las grandes empresas y a las personas que tienen un patrimonio “no sirve para recaudar nada, no conduce a ningún sitio”, pero, lo que sí pasará, es que eso “nos va a poner en una situación de tensión”. “No he venido a criticar a nadie, pero es un tema muy fuerte, afecta a la credibilidad de España y mucho a la del Gobierno”, argumentó. De hecho, recordó que en España ahora se está recaudando más que nunca y recibiendo fondos comunitarios como nunca en la historia, subiendo los impuestos. Por ello, pidió no añadir demagogia a ese cóctel y ocuparse de en qué se gastan todos esos recursos.

Ya en materia de suministro energético, el expresidente popular también propuso que “transitoriamente, gas y nuclear tuvieran un tratamiento similar a las renovables”, que no se anuncien cierres de centrales nucleares –”es un disparate”– y que tampoco se cierren centrales térmicas.

INCLUIR A FUNCIONARIOS Y PENSIONistaS EN EL PACTO DE RENTAS. Y en cuanto al pacto de rentas que propuso Felipe González, Rajoy se mostró de acuerdo y recordó que ya se hizo en 2012 en España para tres años, lo que dio “crédito y prestigio” a España. “Para mí esta es la prioridad de la lucha contra la inflación”, exclamó, antes de afirmar que “o repartimos los costos de la inflación entre todos o vamos a tener un problema”.

De hecho, cree que si esto no se produce, las huelgas que le hicieron a Felipe González van a parecer un “chiste”. Pero también dejó claro que ese pacto de rentas tiene que afectar a todos. Así, señaló que hoy puede haber entre 13 y 14 millones de personas en toda España que reciben rentas públicas, en referencia a funcionarios y pensionistas, aunque sin citarlos explícitamente.

En su opinión, a estos colectivos no se les puede dejar fuera de ese pacto de rentas porque al Gobierno le convenga, a la espera de su voto, mientras a otros les da un “tortazo”. “Si queremos pacto de rentas, hagámoslo, pero sin demagogias”.

NO DISPARAR COMO EL EJÉRCITO DE PANCHO VILLA: CADA UNO POR SU LADO. Por su parte, el expresidente Felipe González apostó por reeditar los pactos de la Moncloa, con un acuerdo de rentas, pero también con acuerdos políticos y fiscales para que no disparen cada uno como el ejército de Pancho Villa, cada uno por su lado.En este sentido, recomendó escuchar con atención al gobernador del Banco de España: “No nos iría mal”, exclamó.

La propuesta cuenta con el apoyo de Rajoy, quien dijo, bromeando: “Más que nada porque fue a propuesta del Gobierno que yo presidía”. Ante lo que González también le bromeó pidiéndole que no se atribuya “el mérito de lo bueno que es el tío”. González prosiguió su argumentación afirmando que “falta hace como nunca sentarse a la mesa”, pero no solo los sindicatos y la patronal, que cree que se pondrán de acuerdo si el Estado “pone el dinero”, sino también los políticos, que deberían de ser, según dijo, “proveedores de certidumbres”.

“O nos ajustamos o nos ajustan”, aseguró el expresidente socialista, quien consideró que es mejor ajustarse equitativamente, repartiendo las cargas del ajuste para crecer con equidad. Y en cuanto a la competencia entre las comunidades autónomas por la fiscalidad, explicó que hay una fiscalidad “deteriorada” por el paso del tiempo, por lo que apostó por revisar el sistema fiscal en su conjunto.

Recordó que él se pasó 10 años en la UE intentando armonizar los impuestos básicos y su principal apoyo en esos momentos era Alemania. Pero admitió que mientras gobernaba hablaba de la corresponsabilidad fiscal, pero no se le ocurrió –”y pido perdón a Moreno Bonilla y a Puig”–, que en la imposición básica se iba a introducir competencia entre las comunidad, porque la mentalidad era armonizar “a nivel europeo”.