Europol detecta mayor violencia en las bandas que trafican con cocaína

El mercado europeo empieza a estar controlado por las peligrosas mafias albanesas y los Balcanes
// Negocian directamente con los cárteles en Colombia y utilizan a España como plataforma de distribución // Con sus propios medios están arrinconando a los narcotransportistas gallegos
Narcotráfico
Antonio P. Fidalgo
portugal. Operación contra el tráfico de drogas coordinada por Europol con actuaciones en España y el país vecino. Foto: M.I

“Más violento, diverso y competitivo: estas son las principales características del comercio de cocaína en Europa”. Son las conclusiones del nuevo informe Cocaine Insights, presentado hace unos días por Europol y la Oficina de las Naciones Unidas para la Droga y el Delito (ONUDD) en el que se describen las nuevas dinámicas del mercado de la cocaína, que, según los autores del trabajo “representa una clara amenaza para la seguridad europea y mundial”.

El estudio se elaboró como una parte del programa Fortalecimiento de la cooperación en materia de justicia penal a lo largo de las rutas del tráfico de drogas en el marco del Programa Global de Flujos Ilícitos de la Unión Europea y en él se hace constar que “la fragmentación del panorama criminal en los países de origen ha creado nuevas oportunidades para que las redes criminales europeas reciban un suministro directo de cocaína, eliminando a los intermediarios. Esta nueva competencia en el mercado ha llevado a un aumento de la oferta de cocaína y, en consecuencia, a más violencia”.

Los analistas llegaron a la conclusión de que grupos mafiosos albaneses y de los Balcanes están desplazando a los clanes tradicionales en el mercado de la cocaína. De esta forma se hicieron con el control en los puertos de Amberes, en Bélgica, y de Róterdam, Países Bajos, por los que actualmente se están introduciendo las mayores cantidades de coca, y se convierten en los principales suministradores en países como Alemania, Bélgica, Austria, Bulgaria, Grecia y Suiza y, por razones obvias, en el Este de Europa.

También eliminaron a la competencia en Reino Unido, colaboran con la Ndrangheta en Italia, y están empezando a introducirse en España, donde se refugiaron algunos de sus principales competidores como los holandeses de origen magrebí, o los tradicionales clanes británicos o irlandeses.

“Los monopolios anteriormente dominantes en el suministro mayorista de cocaína a los mercados europeos han sido desafiados por nuevas redes de tráfico. Las redes delictivas de los Balcanes Occidentales, por ejemplo, han establecido contactos directos con los productores y se han asegurado un lugar destacado en el suministro mayorista de cocaína”, se puede leer en el informe de Europol, cuyos agentes constatan que delincuentes albaneses se instalaron ya en Colombia y negocian directamente con los cárteles de aquel país, prescindiendo de todo tipo de intermediarios; es decir, realizando una labor que a finales del pasado siglo y en la primera década del actual realizaban los grupos de narcotraficantes gallegos.

Las relaciones entre colombianos y albaneses son muy fluidas y España sigue siendo un país utilizado como plataforma de distribución, de mercancía pero sobre todo de contactos por la facilidad con la que se mueven los sudamericanos en nuestro país. Además los grupos de los Balcanes, utilizando las rutas marítimas por las que siempre se movieron los narcotransportistas de Arousa, están estableciendo sus propios canales para transportar la cocaína y buena prueba de ello es que las últimas aprehensiones realizadas en las costas españolas fue en embarcaciones tripuladas por ciudadanos de países del Este europeo, sin presencia ni participación de gallegos.

Señalar que, de acuerdo con los datos que maneja el grupo InSight Crime, a partir del informe Cocaine Insights Report, “entre 2018 y 2020, de los capturados por tráfico de cocaína en Europa, 266 tenían nacionalidad albanesa, seguidos de los brasileños (257) y los colombianos (168). El siguiente país europeo que aparecía en la lista eran los Países Bajos, en el octavo lugar, con solo 51 nacionales detenidos”.

El informe rastreó la presencia de grupos mafiosos albaneses en Europa y Latinoamérica y “Europol identificó un énfasis inusual en el narcotráfico entre los grupos albaneses, en oposición a otras economías criminales. El 94 por ciento de los grupos criminales albaneses perfilados en 2019 tenía como principal actividad el narcotráfico, en comparación con el 38 por ciento de los actores criminales alemanes y el 30 por ciento de las bandas turcas”.

En febrero, una investigación de InSight Crime y Global Initiative Against Transnational Organized Crime sobre el canal de suministro de cocaína hacia Europa desveló que “las conexiones con los cárteles han permitido a los grupos narcotraficantes balcánicos posicionarse como uno de los principales beneficiarios de la bonanza de la producción de cocaína en Latinoamérica”.

“En las dos últimas décadas, ellos han hecho el trabajo de campo en Latinoamérica para establecer contactos y forjarse una reputación con los cárteles de drogas, y han desarrollado un historial a ambos lados del Atlántico de negociar grandes cargamentos de cocaína”, comentó Sasa Djordjevic, coordinador en campo para Serbia y Montenegro de Global Iniciative a InSight Crime.

En estos momentos, de acuerdo con los datos que maneja Europol, los albaneses compran cocaína por unos 2.000-4.000 dólares el kilo en Suramérica y revenden ese mismo kilo al por mayor a los narcotraficantes de toda Europa por 30.000-40.000. La primera cifra es menos de lo que pagaban los narcos gallegos en origen y la segunda... más de lo que percibían en destino.