Cubos blancos en Concheiros

Beatriz Castro

AUNQUE las imágenes virtuales que ha encargado el Ayuntamiento de Santiago para mostrar cómo quedará, dentro de nueve meses, la rúa de Concheiros no invitan precisamente al aplauso, sino lo contrario, todo indica que esta importante vía de acceso al casco histórico quedará de lujo cuando las obras concluyan. Y, en todo caso, muy mal se tendrán que hacer las cosas para que quede igual o peor que en la actualidad (un fiel reflejo del feote urbanismo que tanto practicamos en este santo país hace unas pocas décadas). No es de extrañar, sin embargo, que muchos vecinos se hayan echado las manos a la cabeza al ver los citadas recreaciones futuristas realizadas por ordenador, trabajos que, no solo en este caso sino de forma general, suelen estar impregnados de una estética tan plana y fría que a veces hiela los sentidos. Eso es lo que ocurre con los dibujos futuristas de Concheiros, que en vez de recrear la imagen de un barrio muy vital de Santiago parecen querer trasladarnos a una sosa y desangelada área residencial de Albania. Así, los edificios han sido sustituidos por cubos blancos, el crucero parece un palitroque mal encajado en el conjunto, no se aprecia bien cómo quedarán las aceras y tampoco queda claro el reparto de espacios para coches y peatones. Pese a todo, ya lo verán, la transformación será muy positiva y este vial, que es la puerta de acceso a la ciudad vieja para las decenas de miles de peregrinos que llegan por el Camino más transitado, el Francés, se convertirá al fin en un acceso ordenado, agradable y moderno. Lo único malo es que dichas obras deberían haber empezado mucho antes, lo cual hubiese permitido estrenar el Año Santo con los trabajos ya rematados o a punto de acabar, pero ya se sabe que las cosas de palacio van despacio. Ahora solo cabe esperar que el verano no nos pille con todo levantado.

BEATRIZ CASTRO/Periodista