Decir la verdad está mal visto

El Correo Gallego
Emiliano García-Page

En los últimos días se ha montado una buena tormenta política en el seno del PSOE nacional a raíz de las reflexiones que el presidente de Castilla La Mancha, Emiliano García-Page, hizo en torno a las horas bajas que, en su opinión, vive el partido al que pertenece. Con la diagnosis realizada por el barón socialista coinciden, a buen seguro, no solo varios millones de españoles de todo signo político, sino también un alto porcentaje de militantes y altos cargos del PSOE, pero por alguna extraña razón -quizá porque decir la verdad está cada vez peor visto- García-Page ha sido calificado por no pocos compañeros como un dirigente oportunista, desleal y poco coherente que merecería un duro correctivo. Y bien, ¿qué dijo exactamente el líder castellano-manchego? Algo tan sensato y cierto como que la inmensa mayoría de los problemas que arrastra actualmente el PSOE, en lo tocante a la escasa confianza que genera en la sociedad, se deben tanto a los compañeros de viaje que Pedro Sánchez designó como socios de Gobierno como a los pactos que ha ido alcanzado el amado líder para sacar adelante sus proyectos. García-Page añadió que muchos de esos apoyos vienen de parte de personas “que llevan en su código político la voluntad de desestabilizar el Estado. De atacarlo e incluso de romperlo. Son malas compañías”, advirtió. Y bien ¿dijo algo el autor de esas palabras que el presidente del Gobierno no supiese de sobra? La respuesta puede ser sí o no, y cualquiera de ellas asusta. Si no lo sabe, nos encontramos ante un gobernante con menos luces que un semáforo fundido, y si lo sabe, como todo el mundo da por hecho, es que la estabilidad del Estado le importa más bien poco y lo único que desea es permanecer en el poder. En todo caso, la plana mayor del presidente debería tomar nota de las sabias reflexiones de su compañero manchego, porque es un hecho que el descrédito del sanchismo y de todo el PSOE está directamente relacionado con los nefastos amigos a los que se refiere Page. Las próximas elecciones servirán para poner a cada cual en su sitio, pero mientras tanto Pedro Sánchez también haría lo correcto si sigue las recomendaciones del presidente de Castilla-La Mancha en torno a la insensatez que supone tildar a Núñez Feijóo de “insolvente”. Más que nada porque cada vez más electores tienen la impresión de que los verdaderos incapaces se encuentran dentro de las malas compañías elegidas por el inquilino de la Moncloa.