La Cidade da Cultura, más cerca que nunca

El Correo Gallego

CONEXIÓN Cada día resulta más palpable que la obra del Gaiás ha sido un acierto. Un gran proyecto que nació con algunas sombras a las que se les ha dejado entrar la luz para que se convierta en el gran referente urbanístico de la Galicia del siglo XXI. Sí, hubo que luchar contra los de siempre durante mucho tiempo, algunos con razones y otros con motivos mucho más espurios que intentaban paralizar la obra, o cuando menos minimizarla o parodiarla. Pero ha pasado el tiempo y, en este momento en el que están cerca de concluir los últimos trabajos, queda claro que el proyecto de Einsenmann, por mucho que no se haya finalizado como se concibió, es un espectáculo para la vista. Desde cerca y en la distancia. Pero siempre quedó pendiente un eslabón crucial en la obra, que era la conexión con la ciudad. Facilitarla era esencial para que tanto compostelanos como visitantes llegaran al Gaiás sin problemas. En realidad la distancia es relativamente corta, mucho más de lo que tenemos que caminar para llegar a museos y monumentos de medio mundo cuando visitamos esas ciudades. La conexión peatonal que ahora se está concluyendo, incluida dentro de ese Bosque de Galicia, funcionará como un atajo, con escaleras de madera que humanizan el paseo y lo acortan. Por allí transita la Vía de la Plata, y será una forma de que los peregrinos se acerquen también hasta la Cidade da Cultura. Esto debería poner la guinda a un complejo que ha ido ganando respeto y reputación no solo en Galicia, sino en todo el mundo. Cuando las obras del proyecto estén finalizadas merecerá aún más la pena acudir hasta el Gaiás, y habrán quedado en el olvido por fin las voces de los agoreros. Todo ello debe apoyar la celebración de un Año Santo que será especial, por las circunstancias, pero que debe convertirse en el punto de despegue para Galicia.