Largo y complejo camino por delante

El Correo Gallego

MÁS ALLÁ DE LA GRANDILOCUENCIA que se emplea en esta especie de mitin para afiliados destacados que son los congresos de los partidos, la realidad es que Valentín González Formoso tiene por delante un reto mayúsculo para hacer realidad los deseos de Pedro Sánchez, maestro de la altisonancia, cuando anunció que “gobernamos en la mayoría de ayuntamientos de Galicia, en las diputaciones, gobernamos España, pronto vamos a volver a gobernar Galicia”. Parte el PSdeG con una evidente división en sus filas visibilizada estos días en Santiago ante la negativa de Gonzalo Caballero, que se resiste a aceptar su derrota y los mensajes que se le envían desde Ferraz. Es algo más que una pataleta habida cuenta de que estamos ante el portavoz parlamentario respaldado por unos pocos fieles que, y es un problema añadido, son diputados en el Hórreo. Desde esa tribuna se pueden torpedear estrategias, y las imágenes de protesta protagonizadas en el XIV Congreso del PSdeG por ese grupo son más que significativas. Solucionar este conflicto debería ser el primer objetivo, pero no será nada fácil. Dificultad externa para Formoso es la fortaleza que muestran Alberto Núñez Feijóo y el PPdeG por el centroderecha y Ana Pontón con el Bloque a su izquierda. El primero parece imbatible, máxime con el refuerzo del manejo de los fondos europeos por mucho que el Gobierno central se empeñe en atribuirse el logro. Se vio en las últimas autonómicas cuando ni socialistas ni Podemos fueron capaces de rentabilizar en Galicia ni la gestión centralizada de la pandemia ni los ERTEs. Está el PSdeG atado de pies y manos ante gestos políticos en Madrid que no se entienden en nuestra comunidad y el alcalde de As Pontes lo sufrió en sus carnes. A favor del nuevo secretario xeral juegan otros factores. Tiene experiencia de gestión, capacidad de diálogo, conoce los entresijos de la política gallega, sabe escuchar y rechaza avanzar dando codazos. Forjó mayorías en su localidad y sabe gobernar en coalición, su pacto con el Bloque en la Diputación de A Coruña posiblemente sea el más sólido de todos los que ambas fuerzas acometieron. Mantiene buenas relaciones con la Xunta y no dudó en alinearse con Feijóo para exigir al presidente y a los ministros socialistas un giro en su política económica que tanto daño provoca en la comarca de Ferrolterra, de donde es originario. No es estridente y cae bien a los ciudadanos al trasladar la imagen de ser uno de los nuestros. ¿Será suficiente todo esto? El camino es largo y complicado pero Valentín González Formoso siempre dio muestras de su capacidad política para escalar peldaños partiendo desde muy abajo. Es un valor seguro.