Los jóvenes y la pandemia

El Correo Gallego

“LA IDEA DE LA IRRESPONSABILIDAD de los jóvenes es injusta”, reflexionaba el ministro de Universidades, Manuel Castells, el pasado fin de semana recordando que universitarios y adolescentes “llevan un año y medio aguantando, encerrados en casa, trabajando online, pasando sus cursos y exámenes”. Compor-

tándose de una forma intachable aunque acumulando grandes dosis de hartazgo ante la avalancha de medidas restrictivas que ellos, más que nadie, sufrían. Por eso, en cuanto llegó el fin del curso coincidente con el remate de las limitaciones, la apertura del ocio nocturno y ampliación de horarios se produjo una tormenta perfecta que provocó una onda expansiva a lomos de las muevas variantes, mucho más contagiosas.

Una auténtica bomba vírica. Alertaba Núñez Feijóo que la situación epidemiológica es mala sin paliativos con unos datos “realmente preocupantes” que obligan a imponer medidas restrictivas dirigidas directamente hacia aquellos que tienen más riesgo de contagiar: los menores de 40 años, que forman parte del grupo etario con el porcentaje más bajo de vacunación. Lo justifica el presidente con un dato igual de incuestionable: en los últimos siete días el 80 % de los nuevos casos se producen entre personas de menos de esa edad, y de mantenerse la tendencia actual con incidencia acumulada de 1.000 contagios por cada cien mil habitantes entre los 12 y los 29 años, a mediados de agosto los hospitales del Sergas estarán colapsados con “un pico de 1.000 afectados en planta y 200 en UCI”. Una situación que no se puede asumir dada la fatiga pandémica que está sufriendo nuestro personal sanitario tras año y medio de lucha contra la COVID. Reconoce Feijóo que los jóvenes pasarán a sufrir una doble discriminación añadida a la fijada en el plan de vacunación que los situó al final de la cadena. Es ahí donde las administraciones, sobre todo el Gobierno central, fallaron de una forma estrepitosa. No llegan dosis suficientes a una comunidad que, como Galicia, hizo siempre los deberes. El porcentaje de viales inyectados en relación a los recibidos estuvo desde el principio por encima del 90%, y habilitó un protocolo inmejorable que permitiría tener inmunizada al “cien por cien” de la población mayor de 12 años en agosto. A los jóvenes, como hizo Feijóo, hay que pedirles primero disculpas y después sentido común, recordándoles que se necesita un pequeño esfuerzo para completar la vacunación. Los más de 2.300 que quedaron huérfanos en España por culpa del virus aconsejan insistir, una vez más, en que sólo la suma de todos, con responsabilidad personal y colectiva ganará esta durísima batalla. Aún estamos a tiempo.