Más conciencia ciudadana y menos egoísmo

Beatriz Castro

Llevamos poco más de una semana de libertad en Santiago, o lo que es lo mismo con un nivel de restricciones más suave que, entre otras cosas, permite que la hostelería pueda trabajar y que los compostelanos tengan libertad de movimientos por todos los ayuntamientos que se encuentran en su mismo nivel. Conseguirlo no ha sido una tarea nada sencilla, fueron varios meses muy duros, sobre todo para aquellos que no pudieron trabajar, abrir sus negocios o para los mayores que prácticamente se encerraron en sus casas por temor a contagiarse, pasando mucho tiempo sin ver a sus hijos o nietos. Por no hablar de todas las personas que perdieron a un ser querido sin poder despedirse o los que tuvieron que sufrir la enfermedad en soledad en la UCI de un hospital. Por eso duele mucho ver como unos pocos se quieren cargar ese gran esfuerzo colectivo en solo unos días, sin importarles las consecuencias. Los que hacen fiestas en pisos, van sin mascarilla por la calle o se sientan en las terrazas a fumar deberían avergonzarse de su comportamiento, pero lo más triste es que presumen de él y incluso acusan a aquellos que acatan las normas de borregos y amargados. No se dan cuenta de que con su actitud lo único que van a conseguir es que aquellos que peor lo están pasando se hundan todavía más. A esos incívicos hay que recordarles que la vez anterior en que se levantó el cierre perimetral en Compostela, solo hubo 15 días con libertad de movimientos, porque en solo dos semanas los contagios volvieron a subir como la espuma. Así que seamos solidarios y respetemos a nuestros vecinos y sobre todo ayudemos a los hosteleros y a todos aquellos profesionales afectados por esta crisis a salir de este duro momento dando ejemplo con nuestro comportamiento. En nuestra mano está conservar la libertad.

BEATRIZ CASTRO/Periodista