Para las siguientes generaciones

Beatriz Castro

santiago Fue a mediados del pasado siglo cuando se construyó la estación de ferrocarril compostelana, en unos terrenos situados entonces en el exterior del casco urbano de la ciudad, que solo con el paso del tiempo fue acercándose hasta ella. Veinte años después se inició la construcción de otra infraestructura de comunicaciones fundamental, la estación de autobuses en la zona de San Caetano. Ambas pasarán a la historia en breve, la última transformada en edificios administrativos, y la primera, integrada en el nuevo edificio de la terminal del AVE que está previsto comenzar a construir en el primer trimestre del próximo año. La nueva estación de autobuses fue posible gracias al esfuerzo de la Consellería de Infraestruturas, que no solo consiguió la financiación, sino también la tramitación de todo el proyecto de la forma más breve posible, incluso durante los momentos del confinamiento y con las restricciones en la llegada de materiales. La segunda, después de muchas vacilaciones y cambios de planes será realidad gracias, precisamente, a los fondos creados para paliar los graves efectos económicos derivados de las medidas tomadas para combatir la difusión del virus, los llamados Next Generation, siguiente generación, algo que tiene mucho sentido. De la misma forma que los compostelanos de la segunda mitad del pasado siglo pudieron disponer de unos centros de comunicación situados en dos extremos de la ciudad, quienes lo hagan en la segunda mitad de la presente década contarán con un importante nudo de comunicaciones e intercambiador de todas las modalidades de transporte, situado en pleno centro de la ciudad, lo que beneficiará no solo al turismo, sino también a los locales. Es de esperar que dentro de otros tantos años estas nuevas generaciones sepan apreciar el esfuerzo realizado para la consecución de estas infraestructuras, porque la realidad es que no ha sido una tarea fácil, sino muy esforzada.