Peregrinación a Tierra Santa impulsada por la fe que mueve montañas

Cuadro de Honor
El Correo Gallego
Carlota Valenzuela

decidida. Acompañada de una sonrisa perenne e impulsada por la fe que mueve montañas, la granadina Carlota Valenzuela, decidió un buen día aparcar su trabajo en una multinacional, con sede en Madrid, para echarse al Camino y peregrinar desde Fisterra a Jerusalén. Dicho y hecho. Después de un año de peregrinaje, a principios de diciembre llegó a Tierra Santa. Lo hizo con la misma mochila y un exiguo equipaje, de apenas seis kilos, con los que partió del fin de la Tierra el 3 de enero, pero con un bagaje espiritual y personal repleto de gratitud hacia Dios, por haberla guiado, y a las numerosas familias que la han sentado a sus mesas y le han brindado una habitación en sus hogares allí por donde pasó. Una experiencia, dice, que le ha acercado “a lo mejor de la humanidad”. La solidaridad no se pregona, se demuestra. Buen Camino.