49 segundos

Modesto Gómez

EN 49 segundos al común de los mortales nos daría tiempo de escoger la ropa que debemos lavar y de introducirla en el bombo de la lavadora. En ese tiempo, un gran líder además te la lava, te la centrifuga, te la seca y te la plancha hasta dejártela como nueva. Es lo que tienen los liderazgos de verdad: que garantizan una oferta integral donde otros ni si quiera podemos soñar con iniciar un proceso.

En 49 segundos la gente de a pie encendemos el fuego y ponemos una olla a hervir para cocer dos huevos. En ese mismo tiempo, un superlíder, echándole un par, llena la pota, enciende el fuego, cuece, enriquece, descascara, corta y presenta los huevos con singular maestría poniéndole al producto nombre de plato gourmet. Eso es lo que diferencia a los mediocres de los grandes: su capacidad para exprimir el tiempo y hacer del humo fumet. ¡Qué maravilla! Seguramente tú no lo entiendas. Ni yo tampoco. Pero es que no somos top. Qué lástima desaprovechar la vida viviendo en la ignorancia, ¿verdad?

En 49 segundos un buen amante te mira, te seduce, te besa y te desabrocha con sutileza un par de botones. A lo sumo, como diría Simón, tres. ¿Pero qué hace el líder? En ese tiempo, el líder te hace el amor con intensidad una o dos veces. En un buen día, tres. Y te deja pidiendo más con una sonrisa orgásmica que ya querría para sí el mejor de los satisfyer; una sonrisa que, como poco, te dura una la legislatura. ¡Así son los líderes! 49 segundos y caes a sus pies para siempre. Porque ellos saben que no hay una segunda oportunidad para causar una primera buena impresión. Por eso 49 segundos les bastan. Que se lo pregunten sino a Biden.

En 49 segundos es donde un hombre se la juega. Porque a eso que tú y yo llamamos suspiro, el líder le llama oportunidad y nunca la desaprovecha... Que no dispone de cita, pues va y se presenta. Que les separa un abismo, pues acorta las distancias. Que ni siquiera le mira, pues habla y sonríe sin parar. Eso sí. 49 segundos. Uno más, sería ineficiencia. ¡Cuánto se puede hacer en 49 segundos si eres un buen líder! Y no necesitas casi nada. Puedes hacerlo de pie, caminando y sin que medie empatía alguna, tirando de manual de resistencia. Ole, ole y ole.

Sólo hay una mala noticia. Para conseguirlo, para ser capaz de transmitir tanto en tan poco tiempo, tienes que saber inglés. ¡Esa es la clave! Y ahí, la gran mayoría de los españoles, flaqueamos. Porque de todos es sabido que los apóstrofes y las formas contractas sajonas acortan los mensajes. ¿O tú que dices antes, 49 seconds o 49 segundos?