Beguin the beguin

Firmas
Mario Clavell

LA brumosa mañana dominical de febrero se ha abierto en sol y me ha traído esa melodía más octogenaria que yo: “When they begin the beguine / It brings back the sound of music so tender”: “Cuando comienza el beguine / regresa el sonido de una música tan tierna...”. La compuso Cole Porter en 1938, la popularizó Artie Shaw al clarinete y la cantaron Tom Jones, Sinatra y Julio Iglesias. El beguine fue una rumba lenta de moda perecedera y llegó a España con el título trucado Volver a empezar. Tiene un swing contagioso y José Luis Garci llevó un Oscar por la peli con ese título que evoca a Porter.

Y es que es tan sugestivo ese volver a empezar.... Cuando hemos fallado un primer intento y repetimos el ejercicio, lo hacen los músicos que ensayan, los deportistas que se entrenan, el investigador ante la probeta de ensayo, el escalador que resbaló a la primera, usted que apaga el despertador cuando suena. Siempre hay una segunda oportunidad. Y volver a empezar.

La melodía es más octogenaria que quienes la evocamos estos años últimos. Nos invita a bailar a quienes somos patosos y nos da un chute de resiliencia a los derrotados. La letra es propia de una canción de amor no mejor que la mayoría: Let the love that was once a fire remain an ember; /Let it sleep like the dead desire I only remember / When they begin the beguine: “Deja que el amor que fue fuego una vez siga siendo una brasa / Que duerma como el deseo muerto que sólo recuerdo cuando comienza el beguin”.

Somos viejos y ahora una sonrisa amable sustituye a la carcajada antañona; razonamos más que discutimos, tenemos otro swing vital. Ya no soy el sabio Kalikatres que creí ser y si hoy no me explico bien lo haré mañana y, si no, otro lo hará mejor que yo.