Carteles electorales

Firmas
José Manuel García Iglesias

DESDE la llegada de la Democracia el cartel electoral se convirtió en un recurso clásico en cada campaña. Ahora, a pesar de la preeminencia que tienen los medios telemáticos, una vez más están ahí, ocupando una parte sustancial de nuestro espacio urbano. La cartelería de este momento es variada. Veamos la de los cuatro más repetidos.

Los del Partido Popular, con el fondo azul (la derecha) abundan. Feijóo, su líder, sólo él, se presenta de dos modos diferentes en sus retratos: como ejecutivo (sin chaqueta) y como hombre de la calle (de manera informal).

El Partido Socialista recurre, en tanto, a lo clásico en su modo de hacer, asumiendo las fórmulas de la calle Ferraz: el fondo rojo (la izquierda) y la fotografía de Gonzalo Caballero, el candidato, con ese corte justo en el cuello para que no se vea esa corbata que nunca se sabe si beneficia o perjudica; un modo de hacer, por cierto, que utilizó, también, el Partido Popular.

Ana Pontón, del Bloque Nacionalista Galego, gusta del fondo blanco (el prioritario de la bandera de Galicia) y acomoda su ser a una pose clásica, la de mostrar su busto sobre los brazos cruzados, a modo de sólido basamento. Los candidatos de cada provincia tienen un cartel similar, algo que distingue al BNG: el reconocimiento del colectivo.

El cuarto que más muestras tiene es Antón Gómez-Reino, el representante de Galicia en Común, la coalición de Podemos e Izquierda Unida con Anova Mareas, lo que lleva a sus diseñadores a un difícil juegos de equilibrios; en parte del fondo de su fotografía se difumina, aclarándose mucho, el morado de Podemos y, en parte, el mismo cartel contiene el rojo de la izquierda, que comparte con el Partido Socialista; nada es inocente, ni en este grupo ni en los demás.