rumorosos

Con doble vara de medir

Antón Trabanca

EN CUESTIONES como el machismo nos se pueden tener y utilizar dos varas de medir. Hay una sola y punto. Flaco favor hacen los políticos a las mujeres, sean maltratadas o no, cuando banalizan comportamientos o expresiones que cuestiona su papel ya sea en la política, la sociedad, su vestimenta o hasta una forma de caminar. Lo que está mal no admite matices por mucho que alguno se empeñe.

Pero lo peor aparece cuando los responsables políticos, ahora que estamos en época de san Xoán tratan de arrimar el ascua a su sardina o, acudiendo al viejo refrán castellano, se empeñan en ver la paja en ojo ajeno ignorando que en el suyo se metió una viga.

Las palabras de Gonzalo Durán, alcalde de Vilanova sobre Carmela Silva, la presidenta de la diputación de Pontevedra, no solo fueron desafortunadas sino que tuvieron reproche judicial. El regidor debería haber pedido sentidas disculpas en vez de enrocarse en absurdas justificaciones incluida la presentación de un recurso. Ni el derecho a la libertad de expresión ni la crítica política justifican semejante despropósito.

El secretario xeral del PSdeG, Gonzalo Caballero, que necesita el apoyo de Carmela como agua de mayo, no está legitimado a llamar delincuente político al alcalde de Vilanova. Ese derecho lo perdió el día en el que se limitó a calificar de “poco afortunado” el comentario machista que otro presidente de Diputación socialista, José Tomé, el de Lugo, pronunció sobre la vestimenta de Elena Candia. Ante ese triste episodio Carmela guardó silencio y Gonzalo pudo imitarla. En cuanto abrió la boca con doble vara de medir quedó deslegitimado. Por mucho respaldo que necesite. aNTÓN TRABANCA