Desproporciones

Modesto Gómez

¿ERA el momento de quitarnos la mascarilla? ¿Era el momento de empezar a viajar en grupo? ¿Era el momento de reabrir el ocio nocturno? ¿Era el momento de los macro conciertos? Ya sé que es mucho más fácil preguntar a toro pasado que decidir antes de abrir las barreras. Pero, ¿creen que era el momento?

Las evidencias nos demostraron que las mascarillas, que en un principio “no eran en absoluto necesarias”, acabaron por ser la mejor barrera para frenar la infección. Sin embargo, son muchas las personas que se la quitan tan pronto como pueden sin importarles la distancia o el entorno. Tan desproporcionado es llevarla en ausencia de gente, como quitársela en reuniones o en charlas de acera en las que el metro y medio de distancia brilla por su ausencia.

¿Era ahora el momento de hacer viajes y fiestas de fin de curso? Seguramente otra desproporción. Porque el pasar de 0 a 100 en apenas 15 días tiene sus riesgos. Ahora nadie quiere asumir las responsabilidades “en este país donde los éxitos acostumbran a tener muchos padres pero los fracasos suelen quedar huérfanos”. Pero sería bueno recordar lo que dice un proverbio indio: “Cuando señales con un dedo, recuerda que otros tres están señalando a ti”. ¿Lo has comprobado? Si es así, baja la mano y dispongámonos a seguir empatizando...

Seguramente sea desproporcionado tener a jóvenes retenidos con una PCR negativa y sin contactos manifiestos con positivos. Seguramente lo sea también enviarlos a Mallorca en plena explosión de la variante delta, tras estar un año recluidos y confiando que vivirán unas vacaciones monacales. Pero ahora es el momento de implementar soluciones.

“Mientras los mediocres buscan culpables, los sabios solucionan”. Y la solución, aquí, pasa por prevenir y anticipar, olvidando la desproporción de quienes quieren seguir haciendo lo mismo de siempre para obtener no sé qué resultados diferentes.

Es cierto que los mensajes han sido horribles y enormemente contradictorios. Pero a estas alturas de la película ya no cuela la desproporción de quienes utilizan sólo la información que les interesa para tratar de justificar en todo momento lo que quieren hacer, pudiendo culpabilizar, en caso de enfermar, a quien les parezca oportuno. Todos y cada uno de nosotros debemos decidir si ejercemos como cortafuegos o como pirómanos ahora que parece que el calor sube y el riesgo de incendio todavía es muy alto.

No exijamos sólo nuestros derechos cuando las cosas se tuercen. Cumplamos con nuestros deberes sin estrabismo ni desproporción. Porque nosotros somos la mejor vacuna.