INCONGRUENCIA. Pasan las horas y está tardando Abel Caballero en convocar una rueda de prensa para culpar a Alberto Núñez Feijóo y la Xunta, y por extensión temporal partidista a Mariano Rajoy y Ana Pastor ante el caos provocado por el bache que impidió el funcionamiento en el aeropuerto vigués de Peinador.
En la imaginaria diatriba del regidor de la ciudad olívica recalcaría, cita textual (aunque fantaseada), que “millares de ciudadanos que se desplazaban a Vigo para disfrutar de las luces navideñas se han visto impedidos a hacerlo por la ineficacia de los dirigentes del Partido Popular. Feijóo, Rajoy y Ana Pastor odian a Vigo y no soportan que esta ciudad sea la más importante del mundo en Navidades. Por eso provocaron ese bache en nuestro aeropuerto, concebido para competir con los Nueva York, Madrid o Tokio”. Seguro que es lo que le gustaría decir a Abel pero tendrá que morderse la lengua y mirar a otro lado.
Más allá de la anécdota de un incidente que provocó el desvío de todos los aviones que tenían que salir o entrar en la terminal viguesa está la terca realidad de los hechos: una comunidad como Galicia no puede mantener abiertos tres aeropuertos. Es económicamente inviable y solo posible dada la condición de empresa con mayoría de capital público de quien se encarga del tráfico aéreo
Este socavón debería abrir una profunda reflexión que lleve a obviar los criterios políticos de contentar a dos ciudades y afrontar el futuro con realismo en estos tiempos de cambio. Que Lavacolla se convierta en un gran aeropuerto y que Peinador y Alvedro pasen a mejor vida. Ahorraríamos mucho dinero y el bochorno tercermundista del bache de Peinador. Y que Abel pida cuentas a quien debe. antón Trabanca