En la cumbre

Modesto Gómez

DE Madrid al cielo, decían los más longevos del lugar, y con un agujerito para ver. Pues parece que sí. La capital se ha convertido estos días en el epicentro de la diplomacia internacional; en ese crisol de culturas, países y nacionalidades en el que todo cabe. O, al menos, todo parece caber. Y entre tanto universo de asteroides, las fotos imposibles se suceden.

¿Quién le iba decir a Pedro Sánchez que la bestia amenizaría en las faldas del Palacio de la Moncloa para concederle la foto que se le negara en la época del todopoderoso Iván Redondo? Pero quién le iba a decir también que, en el que podría ser el momento más rutilante de su paso interruptus por Moncloa, sus socios de Gobierno se iban a poner de lado. Es lo que tiene la democracia. O la ausencia de ella. O su malformación... Qué se yo. Lo que me parece paradójico es esta ruptura del ejecutivo en su momento cumbre.

Dicen que a río revuelto, ganancia de pescadores. Pues puede ser. La pregunta es: ¿Cómo acabará el ejecutivo esta semana? ¿Será la comunicación de Presidencia lo suficientemente potente como para eclipsar los devaneos del ala izquierda de su gobierno? ¿Será la sombra de Yolanda Díaz lo suficientemente alargada como para entiniebliezar la prosa del equipo del presidente? ¿Será Feijóo lo suficientemente hábil como para poder hacer leña del árbol sin talar su base?

Seguramente en toda esta amalgama de variables, el papel de los antisistemas, tanto los orgánicos como los versos libres, sea fundamental. Como también lo serán las píldoras en prime time de los pepitos grillos de la política.

A la espera de las rufianadas, de las echenicadas, de las buxadeadas y de algún que otro indeciso, como decía un muy entrañable amigo de la política municipal, de Toni Cantó, el vodevil se sucede entre cenas en Zarzuela, ágapes en el Prado y Sálvames Deluxe eruditos en Ifema. Que digo yo... En plena séptima ola de covid, ¿se entrelazan los autobuses lanzadera del pabellón 14 de Ifema con las ambulancias camino del Zendal?

Sería alegórico, ¿no creen? Todo un símil de lo que debe ser un digno Manual de Resistencia. ¿Y qué me dicen de una cena en el Prado sin obras de arte? Será por metáforas. ¡Ay Dios!

Pero, ¿saben qué? Cuando en Madrid, mañana, los pájaros vuelvan a visitar al psiquiatra y ya no haya estrellas que sacar al ruedo, la estela del Air Force One nos dejará de nuevo envueltos en el mismo halo de incertidumbre de anteayer.