En medio de una pandemia

Firmas
José Manuel García Iglesias

LA información continua, desde cualquier parte del planeta, de un problema de la envergadura de la pandemia del coronavirus, que también nos está afectando a nosotros, llega a confundirnos. Las circunstancias de cada lugar marcan diferencias pero, en todos los casos, el mal abunda. Estar informados, obviamente, es conveniente y necesario pero estarlo en un grado excesivo puede llegar a agobiarnos más de lo debido.

Precisamos, es verdad, una certera información, sobre todo de lo más cercano y, además, un liderazgo claro, conciso y convincente para afrontar el tiempo actual, y el venidero, en este orden de cosas. Y, también en este sentido, nos rodea mucho ruido político, inconveniente, ahora más que nunca, cuando lo que se requiere es minimizar los daños y actuar, todos y cada uno de nosotros, responsablemente, atendiendo a unos protocolos sanitarios que han de ser bien elaborados y reconocidos por todos.

Pensar que podemos vivir co-mo si no pasase nada resulta
una temeridad y, si algo nos acredita esa información continua y general, a la que antes se aludía, es que, en España, lo estamos haciendo francamente mal. Y, en buena medida, está siendo así porque son muchos los que actúan como si la actual pandemia no existiese y desatienden el ejercicio de la prudencia debida.

Si cada cual se marcase el objetivo de cuidarse, y cuidar a los demás, no dejaría de existir esta problemática pero, sin duda,
sus efectos serían mucho me-
nos perversos. Estamos en me-
dio de una cruenta tempestad y precisamos sortearla.

Y cuando la tormenta arrecia, en este particular y maléfico mar de incertidumbres, se precisa serenidad, rumbo claro y perseverancia para seguir avanzado hacia ese puerto seguro que, en este caso, es dejar atrás la pandemia.