Etapa que decepciona: Oporto-Vilarinho

Firmas
Manuel Garrido

Mi amigo Carlos y yo iniciamos el Camino Portugués en Oporto. Nos presentamos en la catedral de esta ciudad lusa y nos sorprendió la más que gélida acogida. De hecho nos recibieron con la puerta entreabierta. Nos sellan las credenciales y se limitan a comentar con toda la frialdad: a la izquierda, el Camino Portugués de la Costa y a la derecha Camino Portugués Central. Y búsquense ustedes la vida. Y así hicimos. En el centro de Oporto la señalización es muy deficiente aunque cierto es que mejora según nos vamos alejando de la ciudad. El trazado es caótico: aceras estrechas, adoquines, muchos coches a velocidad inadecuada y tránsito por demasiados polígonos industriales.

Pero todo se compensa cuando llegas al albergue del monasterio de Vairão. Te recibe Pepe, un peregrino granadino que hace que te sientas como en casa. Te da ese calor humano que necesitas. Hospitalidad tradicional de donativo. Y para terminar cena en el restaurante don Miguel de Vilarinho. El bacalao impresionante y el vino de ensueño.

En resumen nuestra primera etapa la llevamos bien, aunque sobra asfalto y adoquín. No obstante recomendamos tomar el metro o el autobús y enganchar el Camino a la salida de Oporto. Seguro que el Apóstol Santiago nos va a perdonar.

Y a dormir, que mañana nos espera un día apasionante. Vivir el Camino de Santiago.