Experiencia intelectual
y experiencia espiritual

Firmas
Carlos Pajares

LA experiencia intelectual es la que proviene por el intento de conocer la realidad. Ya sea penetrando en ella para comprenderla como hacen los científicos o simplemente leyendo y aprendiendo.

La experiencia espiritual se da permitiendo que la realidad entre en nosotros. Para ello es fundamental no estar lleno. Si se esta lleno, ya sea de dinero, prestigio o sabiendo casi todo, es imposible que la vida entre. Por eso, la meditación en muchas religiones se basa en el vaciamiento de uno mismo para hacer sitio y pueda entrar la vida. Paradójicamente, al ir haciendo sitio se van quitando capas superficiales de nosotros y profundizando en el conocimiento de como somos realmente.

A lo largo de nuestra vida nos hemos ido poniendo capas, con la pretensión de conseguir más aceptación. Así, nos hacemos inconsciente o conscientemente un personaje que no tiene nada que ver con quién somos realmente. Al ir profundizando y quitándonos esas capas vamos descubriendo quién somos realmente y además nos capacita para captar la vida y con ello a preocuparnos por los demás.

Muchas veces se quiere confrontar la experiencia adquirida intelectualmente con la espiritual; sin embargo, hay muchos puntos de encuentro. Pongamos por ejemplo la actividad desarrollada en la investigación científica. La investigación ofrece la posibilidad de crear un espacio para la admiración y el respeto. La palabra respeto significa “ver a cierta distancia”. Respetar es dirigir una atención que no busca apropiarse de aquello que descubre, sino que busca darle vida, ponerlo de manifiesto.

En la investigación se da la distancia que permite algo tan humano como la posibilidad de sorprenderse, de cuestionarse, de extrañarse y de dudar. Esto puede hacer posible mantenerse desinstalado. El investigador puede reconocerse desbordado por lo que le supera. Es precisamente esta experiencia la que le remite a su capacidad de trascenderse y acercarse a la experiencia espiritual en la que también es decisivo acoger la sorpresa y estar abierto a escuchar

Otro aspecto que acerca las dos experiencias, es la observación de la diversidad de fenómenos e individuos que aparecen en la naturaleza, ya sea a cualquier nivel o escala. Al mismo tiempo de esa diversidad aparece una unificación de esos fenómenos e individuos persiguiendo siempre una sencillez. La naturaleza es simple y bella como han afirmado filósofos y científicos (Aristóteles, Maimónides, Occam, Newton, Heisenberg,...).

La sencillez y belleza también es fundamental para muchos maestros de la meditación. San Benito decía: Dios es absoluta simplicidad, perfecta naturalidad.