Falta finura

Firmas
Ramón Baltar

DA escalofrío la pobreza argumental con que cierta Oposición derechosa intenta rebajar el éxito del Gobierno al conseguir sobrado apoyo parlamentario a la ley de Presupuestos del 2021. Solo entre incondicionales acérrimos encontrarían acogida.

No viene a cuento el recurso a los crímenes perpetrados antaño por la banda ETA para descalificar el pacto con el partido independentista EH Bildu maliciosamente bautizado como sus herederos. Esto supone, además de impúdico comerciar con los muertos de todos, desautorizar las experiencias de reconciliación que llevan a cabo terroristas arrepentidos y familiares de las víctimas. Utilización irresponsable que trata de sacar ventaja de la agitación de sentimientos innobles.

Por otra parte, no certifican pureza de convicciones democráticas los partidos que vetan a otros partidos legalmente reconocidos por el solo hecho de que se proponen alcanzar objetivos políticos que no comparte la mayoría, pero sin molestarse en interesar su ilegalización. Guste o no al nacionalismo centralista, los nacionalismo periféricos son legítimos, y sería acto de tiranía recortarles por la puerta de atrás el derecho a ejercer la representación ganada en las urnas.

Incoherencia de cuerpo mayor, la de los políticos que intentan simular disposición al pacto, esencia de la democracia, pero ponen condiciones que se sabe de antemano que de ningún modo pueden ser aceptadas por la otra parte contratante. Cínica exhibición de deslealtad ventajista que practican sin medir sus consecuencias la señora Arrimadas y el señor Casado, incapaces de justificar esta manera de intentar minar el crédito del Gobierno de coalición al que tildan de social-comunista.

La leal Oposición está para controlar al Gobierno y ofrecerse como alternativa. Se prestigia con críticas y propuestas serias, no improvisando ocurrencias que comportan menosprecio de la capacidad de la opinión pública para separar la paja del trigo.