precios de locos. El técnico argentino César Luis Menotti, que llevó a su país a conquistar el Mundial del 78, resumía en una frase el problema de las tácticas: “Yo a mis equipos los coloco bien en la cancha, lo que pasa es que cuando empieza el partido, los jugadores se mueven”. Una situación que, salvando las distancias, está viviendo ahora Pedro Sánchez con el precio de la energía.
Y es que después de quemarse por los dos lados en la parrilla de los indultos a los líderes del procés y la gestión de la pandemia, el líder de los socialistas tenía en su pizarra un dibujo muy diferente: iniciar el nuevo curso político con impulsos renovados tras la de vacunación, en la que aprovechando los Juegos se colgó una medalla de oro, y la llegada en forma de maná europeo de miles de millones con los que encarar la recuperación. Un campo en perfectas condiciones, regado con una remodelación de carteras ministeriales, para encarar con garantías el partido que más le interesa ganar: el de las próximas elecciones generales.
Sin embargo, el mundo da muchas vueltas y tanto el encarecimiento del gas como la subida de los derechos de CO2 están presionando al alza la factura eléctrica, que va camino en agosto de ser la mas cara de la historia. La luz se dispara al mismo ritmo que los españoles ven cada vez más oscuro el futuro de su economía y el Ejecutivo de coalición, que iba a poner firme a las eléctricas, da la sensación ahora de no ver nada clara la solución y de ir con el pie cambiado. Que si bajar un poco el IVA, que si intervenir el mercado, que sí una empresa pública... ¿Pero realmente hay alguna estrategia o habrá que cambiar de entrenador? Sabela Arias