Reseña Musical

La pianista Alicia González Permuy, abre el ciclo conmemorativo del bicentenario de Concepción Arenal

Ramón García Balado

Tres serán los conciertos anunciados para conmemorar el bicentenario de Concepción Arenal, que se ofrecen, comenzando por el de mañana en el Paraninfo da Universidade-20´30-, comenzando por la pianista Alicia González Permuy, con un programa que alcanza desde Eugenia Osterberger a Marcial del Adalid. Alicia González Permuy estudió en la Escuela de Música de Barcelona, con Albert Attenelle (piano) y Jordi Mra (música de cámara), asistiendo al tiempo a masters de Iria Zariskaia, Manuel Carra, Almudea Cano y Josep Colom. Realizó un postgrado en el “Brabants Conservatorium”, de Tilburg, con Ton Demmers (piano) y Jan Gruithuyzen (cámara), graduándose “Cum Laude”. Continuó estudios con Jan Wijn y con Eugen Indjic, alumno de V.Horowitz y A. Rubinstein. Obtuvo premios como diploma de la “Guildhall School of Music and Drama”, de Londres, un tercero del “XII Concurso Int. de Piano” (Berga) y fue finalista del “VIII Ciclo de Jóvenes de la Fundación Barrié”.. Es habitual repertorista de artistas como J.L.Estellés, Anthony Pay, Hans Deinzer, Walter Boeykens, Joan Enric Lluna o Michael Harris. También colabora en el Conservatorio Superior de Música, de A Coruña, la “OSG” y con otros grupos camerísticos.

Eugenia Osterberger, cuya biografía fue magníficamente tratada por Beatriz López Suevos, Susana Lorenzo y Rosario Martínez Martínez, en “Eugenia Osterberger. A compositora galega da Belle Époque 1852-1932”, estará por una serie de piezas típicas suyas. Estamos ante composiciones destinadas a uso doméstico, que engloba toda su creación coruñesa, al menos lo que se conoce hasta el presente. Piezas como “Les Hirondelles” (vals de salón), “Le Rouet de Grand. Maman” (fileuse) y “Lucía” (vals). El apartado de los trabajos para el teclado, se reparte en dos bloques, estas piezas de consumo doméstico, destinadas a interpretación privada, ya que podría ser abordadas por diletantes aficionados, entre las que se incluyen las basadas en aires y danzas populares y el otro grupo de piezas de bravura, destinadas a salas de concierto, sonatas y fantasías fantásticas, en las que mostraba la complejidad compositiva o interpretativa. Piezas de bravura que requerían intérpretes avezados. En esta ocasión, disfrutaremos pues del estilo de danzas populares o de salón.

Rosa García Ascot, con la “Pequeña suite”, ella, y Jesús Bal y Gay, fueron parte del exilio republicano en México. Rosa, recientemente, suscitó la atención del musicólogo Ignacio Clemente Estupiñá, quien publicó una necesaria monografía suya titulada “Rosa García Ascot y la Generación del 27”, que dio a conocer “Ediciones Idea” y un trabajo discográfico mayoritariamente con piezas suyas, bastante en absoluta primicia, al lado de otras de su maestro Manuel de Falla, además de un detalle de Domenico Scarlatti, del que fue responsable la productora “Orpheus Classical”, Ignacio Estupiñá, responsable de este excelente trabajo, se había formado en Amsterdam con David Kuyken y Jan Wijn. Una monografía que recupera el ambiente de los músicos de su tiempo: Manuel de Falla, García Lorca, Adolfo Salazar, Joaquín Turina, Enric Granados y hasta Igor Stravinski o Nadia Boulanger. La “Generación del 27” o la importancia de la “Residencia de Estudiantes”, el llamado “Grupo de los Ocho”, además de las actividades concertísticas. Los años del obligado exilio: Cambridge y el beneficio recibido en el México de Cárdenas y la vuelta a España, a partir de 1965.

De José Baldomir, ”Romance”, autor y recopilador de melodías, director del “Orfeón El Eco” y parte de jurado en certámenes además de corresponsal en los cancioneros de valor histórico de Inzenga y Felip Predell. El melodismo gallego marcará el conjunto de su obra, especialmente reflejado en las canciones y en piezas para el piano, como la que se nos ofrece. Un estilo aparentemente muy sencillo, tanto desde el aspecto formal como en el tratamiento melódico, por lo que vigencia se mantiene con natural salud. Un aspecto que también observaremos en la pieza con la que concluirá la sesión, se trata del “Vals brillante”, de Marcial del Adalid, perfecta para conseguir un punto de gracia del concierto en su conjunto.

También Juan Montes con una selección: Andante sentimental”, “Gavota improvisada para un álbum” y “Vals nº 2”, un compositor apreciado por el capítulo dedicado al género sacro, además de convertirse en claro representante del emergente nacionalismo musical, que le ligaría igualmente a Inzenga y con seguridad, a Antonio Noguera. Autor de numerosas piezas para piano, sabrá medirse en la sencillez y la brevedad, y entre ellas, como es de esperar, valses, polkas, habaneras, cuadrillas, que correrán de mano en mano. Queda un Juan Montes de trabajos para la escena. Rescatada del olvido es la compositora y pianista viguesa, María Luisa Sanjurjo Oza (1893-1949), de la que tendremos “Miña terra”, una de las más afortunadas.

Andrés Gaos y nunca en mejor momento, ya que el Consello da Cultura Galega, publicó recientemente un documento en cd de valor histórico, entre piezas para piano y, lógicamente, para violín y piano. Se escucharán la “Muiñeira”, de la “Suite Hispánicas” y cinco de “Novos Aires Galegos”: “Canción”, “Tempo di Berceuse”, “Danza Allegro molto”, “Alalá (Allegretto) y “Allegro”. “Novos Aires Galegos”, fue estrenada en Buenos Aires, en octubre de 1922, recibida con gran éxito. Resultaba una segunda parte de los primeros “Aires gallegos”, de 1905. La primera suite se basaba de melodías existentes, folklóricas o de otros compositores gallegos, de las que Carlos Villanueva y Javier Garbayo, dirán que el músico armonizaría con la mayor transparencia posible, mientras que en los “Nuevos aires gallegos” , crea sus propias melodías.