Marca España

Pilar Cernuda

LA Marca de esta España, la Marca España de Sánchez, no pierde oportunidad para caer en el ridículo. El último hubiera sido enviar a la selección española de fútbol, sin vacunar, a la Eurocopa. Menos mal que se rectificó a tiempo.

En el momento de escribir estas líneas son dos los jugadores con coronavirus. Lo peor no era el bochorno de enviar a una selección a un campeonato internacional sin tomar las medidas de precaución obligadas ante una pandemia, sino que en las alturas gubernamentales todavía hay quien afirma que se han hecho bien los deberes y que la vacunación en España ha sido ejemplar.

No serviría como excusa que otras selecciones también han acudido sin vacunar o han dado libertad a sus jugadores de hacerlo: hay que copiar lo bueno, no los errores que puedan cometer algunos, y la prueba de que las cosas se han hecho mal son las bajas producidas entre los jugadores. Que evidentemente tendrán consecuencias en el resultado del campeonato.

Mal ejemplo del despro-
pósito cometido cuando los españoles, todos sin excepción, han sido obligados a
tomar medidas extremas
durante más de un año, y lo menos que se podía exigir a las autoridades es que una selección española sea ejemplo de cumplimiento de esas medidas.

Se han cerrado millares de establecimiento, exigido normas sobre la distancia en centímetros que deben separar a quienes asistan a los actos públicos; se han cancelado fiestas y ferias, no se permite viajar sin un certificado que garantice que no se tiene coronavirus, se ha prohibido durante meses consumir en el interior y en barras de bares y restaurantes ... Y sin embargo se pretendía mandar a la selección a disputar un campeonato en el que tienen que jugar piel con piel, tocarse, abrazarse y hasta empujarse si hace falta. Y todo porque no tienen la edad que corresponde para vacunarse ni pertenecen a ninguno de los sectores a los que se ha dado prioridad.

No se puede dar más papanatismo. Se da además en un escenario de público multitudinario, expectante ante un campeonato que concentra a millones de
personas ante los televisores, y que tiene a la selección española como referente de buen hacer en el deporte rey.

Hoy lo español está de capa caída, y lo ocurrido con la selección de fútbol es el último ejemplo. Se comprende que algunos de los países más solventes hayan aconsejado prudencia a su gente advirtiéndoles que España no es un país seguro; se comprende que Biden siga sin tener el menor interés en hablar con Pedro Sánchez ni siquiera cuando viaja a Europa, y se entiende que Grecia haya eliminado a Navantia de las empresas que pretenden llevarse un megacontrato de venta de varias fragatas. La única empresa eliminada.

Si da la sensación de que no somos capaces ni de enviar a la selección de fútbol a un campeonato cumpliendo en condiciones óptimas ¿cómo se va a pedir a este Gobierno que resuelva problemas económicos y políticos de gravedad extrema?