Más allá de China y EE. UU.

Firmas
José Manuel Estévez-Saá

ESTE debe ser el momento de Europa y de los europeos a todos los niveles, incluyendo el sanitario y el económico. Sin embargo, da la impresión de que incluso en estas dramáticas circunstancias que estamos viviendo, la UE parece un mero espectador asistiendo a un partido de tenis entre China y Estados Unidos. ¿Quién conseguirá antes una vacuna frente a la covid-19? ¿Qué tratamientos se están aplicando en EE. UU. y en China? ¿Cuál de las dos potencias se recuperará antes y se convertirá en el líder económico cuando superemos la actual crisis? Nunca mejor que ahora para una inversión decidida en investigación a nivel europeo, y también en producción de material sanitario para protegernos ante posibles rebrotes e incluso futuras pandemias. Hasta se deberían superar las disensiones existentes entre las distintas potencias europeas, y aprender a concebir la UE como un todo que puede y debe competir con las grandes potencias.

Bastaría superar los egos nacionales, y fomentar una identidad europea que debe ir más allá de abstracciones, y materializarse en proyectos e iniciativas tangibles a nivel sanitario, económico y social. La tarea no es fácil, pues países como Alemania y otros socios del Norte pretenden hacer valer sus menos maltrechas economías, mientras otros como Italia o España reclaman ayudas y la posibilidad de un gasto sin control. Ahora ya no ayudan los cierres de fronteras entre europeos, o restricciones de cuarentena como las propuestas por España para los visitantes europeos. No digo que no sean decisiones correctas desde un punto de vista sanitario; pero, antes de anunciarse, deberían haberse acordado y homogeneizado con nuestros socios de la Unión. No podemos acudir a la UE a pedir limosna, y después tomar decisiones que nos aíslen de forma unilateral.

La OMS está siendo cuestionada por EE. UU., que amenaza con retirarle su apoyo económico. Sin embargo, está siendo avalada por China, país que aupó a su Director General. Sin pretender cuestionar la labor de la OMS, es bueno que se someta a una auditoría independiente, como parece que finalmente sucederá. Es lógico el protagonismo de esta gran organización, pero echamos en falta una mayor relevancia de las acciones, investigaciones y decisiones de las máximas autoridades sanitarias europeas. Sorprende lo poco que se habla del Centro Europeo para la Prevención y el Control de las Enfermedades (ECDC), o de la Agencia Europea de Medicamentos (EMA), en un momento tan trascendental. Quisiera pensar que la UE también está trabajando de forma colaborativa, y nos consta que existen proyectos y grupos que así lo están haciendo; pero parece oportuno que Europa haga oír su voz, que se gane el reconocimiento y el respeto internacional, y que muestre al mundo que hay vida más allá de EE. UU. y China.