RESEÑA MUSICAL

“Muera Cupido”: “Accademía del Piacere” con la soprano Nurial Rial, en “Ateneo Barroco”

Ramón García Balado

“Accademia del Piacere” de Fahmi Alqhai, con la soprano Nuria Rial, culminan “Ateneo Barroco”, en el Teatro Principal-20´00 h.-, prestando especial atención a los estilos de la zarzuela barroca representada por Sebastián Durón y José de Nebra. Accademia del Piacere”, con este programa tan atractivo, son especialistas en repertorios del seiscientos ibérico e italiano, destacando en trabajos como “Le lacrime di Eros”, “Muera Cupido”- con Nuria Rial-,o “Rediscovering Spain”, siendo galardonados con el Choc de la Musique o el Prelude Award (Paises Bajos). Destaca igualmente por “Las idas y las vueltas” o “Diálogos”, con el cantor Arcángel y la cantaora Rocío Márquez, premiado con el “Giraldillo” de la Bienal de Flamenco. Fahmi Alqhai, recibió en Prelude Classical, de repertorio francés, por “Les Violes du Ciel et de l´Enfer”. Para esta sesión, le tendremos junto a Johanna Rose, como viola de gamba, y al clavecinista Javier Núñez, siendo él intérprete de viola de gamba soprano, labor que comparte con la dirección.

Nuria Rial, se formó con Kurt Widmer, en Basilea, antes de obtener en 2003, el “Preis der Helvetia Patria Jeunesse Stifung” de la Fundación Pro Europa. Fue dirigida por maestros como T.Pinock, J.Elliot Gardiner, G.Leonhardt, Laurence Cummings, Neville Marriner o Ivan Fischer, en agrupaciones como “Concert Köln”, “Les Musiciens du Louvre”, “La Cetra Basel”, “Il Giardino Armónico” o “L´Arpegiata”. Entre sus trabajos, destacan “Eliogabalo”, de F.Cavalli, con René Jacobs; “L´Orfeo”, de Monteverdi, con el mismo director y con G.Antonini, en el Grand Théâtre, de Ginebra; “Ainadamar”, de Golijart, en una producción escénica de Peter Sellars, en estas especialidades que la llevan a ser una de las grandes especialistas en géneros camerísticos con grupos como “Il Pomo d´Oro”, “Café Zimmermann” o el “Nash Ensemble”.

Sebastián Durón y Jose de Nebra, con piezas elegidas de sus zarzuelas barrocas, y un par de añadidos con una “Pavana”, de Francisco Guerau, y la cantata italiana “Pastorella che tra la selve”, de Giovanni Bononcini ( 1670/1747), pieza que se encuentra en el mn 2245, de la Biblioteca Nacional de España. Detallado ejemplo de la forma de introducción calificada por North, en lo descriptivo, domo “El fuego y la furia del estilo italiano”, coincidente de la llegada de los Borbones, en el cambio de dinastía, e medio del ascenso consumado de los dos músicos que acaparan las atenciones de esta sesión. Títulos como “arietta ytaliana”, dejan a las claras los inequívocos intentos de ajustarse a estos nuevos tiempos con sus estéticas emergentes, lo que traerá actitudes de rechazo, como las manifestadas por el padre Feijóo, en su tratado “Teatro Crítico Universal” (1726).

Sebastián Durón, cobra pues mayor relevancia en su renovadoras cantinelas, que nos vendrán por el recitativo y aria de “El imposible mayor en amor, le vence Amor”, para la historia, una atribución que podrán repartirse el compositor y José de Torres (ca 1679/1738). También “Sosieguen, descanses”, solo humano de “Salir del mundo” (1696) y “Quantos teméis al rigor”, arietta italiana, de “Las nuevas armas de Amor “ (1711). Durón, entre las obligaciones cortesanas, destacó en los géneros líricos, a un paso de distancia de modelos como “Celos, aún del aire matan”, de Juan Hidalgo, un trabajo sobre Calderón de la Barca. El valor y la importancia de su obra escénica, es que viene a representar los esplendores postreros del arte lírico genuinamente ibérico, antes de encontrarnos con la llegada de los Coradini, Mele, Conforto y otros modismos de patente italianizante. Ello no significaba una dependencia de unas raíces plenamente aceptadas.

Puede hablarse en Durón de unos giros melódicos, un ritmo y unas armonías, además de una participación instrumental ya observables en una época inmediata y aunque resulte un compositor seguidor hasta ese momento de un estilo contrapuntístico hispano, en el seguimiento de la música popular española, se verá influido por las innovaciones italianizantes. Tomás de Iriarte sabrá tratarle en justa medida, en su poema “La música” (1779), junto a grandes talentos como Patiño, García Viana, Guerrero o Victoria y Literes. Mitjana, afirmará que su rasgo característico, será un ritmo atormentado, muy influido por las tradiciones populares, usando frecuentemente síncopas y aires vivos y animados. Un temperamento nervioso, lleno de fogosidad y pasión que no sabe contenerse y estalla a cada instante.

José de Nebra (1702/68), en un par de detalles, “Adiós, prenda de mi amor”, aria de “Amor aumenta el valor” y “Tempestad grande, amigo”, un fandango de “Vendado es amor, no es ciego”, zarzuela de su segunda etapa, en la que sobresale “Viento es la dicha de amor”, la plena madurez del compositor que dio comienzo a resonantes éxitos. En su actitud, sabrá adecuarse a los cambios de época, siguiendo al pie de la letra el modelo italiano, aunque con elementos de su propia herencia tradicional hispana. Fue de hecho el compositor más solicitado, participando en las representaciones de mayor tronío y así vendrán “No todo indicio es verdad” “Vendado es amor, no ciego”, “Cautelas contra cautelas” y “El rapto de Gamínedes”, en la que no se escatimarían recursos económicos para su puesta en escena, en su representación del Teatro del Príncipe, prácticamente recién reconstruido con un plantel de primeras figuras.

“Amor aumenta el valor”, obra de 1728, fue destinada al palacio que el marqués de los Balbases, tenía en Lisboa y que conmemoraba los acuerdos matrimoniales de los príncipes españoles Fernando y María Ana Victoria, con los portugueses María Bárbara de Braganza y el príncipe de Brasil. Dos de los actos, habían sido encargados a Felipe Falconi y a Jaime Facco. En conjunto y con respecto a las obras escénicas, estas dos formas de zarzuela barroca, pertenecen a momentos distintos y diferenciados, que se reflejan en su estilo en cada una de ellas, una primera que alcanza hasta 1723, en la que se encuentra “Amor aumenta el valor” y la segunda que ocupa hasta 1751, en la que se encuentra “Vendado el amor, no ciego”. La concepción, arreglos y adaptación del programa, es idea de Fahmi Alqhai, con asesoría musicológica de Álvaro Torrente y J.María Domínguez. En medio, unas “Improvisaciones” sobre “Xácaras” y “Folías”, además de unas “Marionas & Canarios”, en manos de Fahmi Alqhai.