Rescoldos del 15-M

Firmas
Fernando Lussón

UNA manifestación de protesta por las consecuencias de la crisis que comenzó en 2008 y la corrupción política acabó con la ocupación durante varias semanas de la Puerta del Sol de Madrid y las plazas de otras ciudades. Cuando al entonces ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, la presidenta madrileña, Esperanza Aguirre, le pedía que desalojara a los acampados frente a la sede de su Gobierno, respondía que la policía estaba para resolver problemas y no para crearlos.

La onda expansiva de la manifestación de indignados, de una juventud sin futuro y sin casa había que canalizarla de alguna forma para que no se quedara en una protesta más que también comenzaba a dejarse sentir en otros países donde los jóvenes cuestionaban el sistema político representativo. De hecho, a los jóvenes de Sol, que se organizaron a través de las redes sociales en un movimiento asambleario se les instó a que expresaran sus opiniones por el sistema tradicional y formaran un partido político.

El 15-M cristalizó en la creación de Podemos que inicialmente organizó su funcionamiento a través de los círculos ciudadanos. Quienes depositaron sus esperanzas y contribuyeron a revitalizar el espacio de la izquierda política se vieron defraudados cuando Podemos se organizó como un partido con una estructura leninista y culto al líder, quien andando el tiempo organizó las tradicionales purgas para apartar a sus críticos y dio origen a nuevas escisiones, otra de las tradiciones de la izquierda.

Quienes vinieron a sustituir a “la casta” que “no nos representa” adquirieron muy pronto los vicios de la vieja política con la que pretendían acabar. Decididos a tomar el cielo por asalto, ni tan siquiera contaron con aquellos que llevaban años defendiendo el espacio de la izquierda y desdeñaron una coalición que cuando finalmente la aceptaron ya era tarde.

El 15-M revitalizó a los partidos antisistema que siempre han tenido una repercusión marginal en la vida política, llevó a algunos de sus dirigentes a las instituciones y logró articular mareas ciudadanas que hicieron de Podemos el partido más votado en algunas comunidades autónomas. Pero ningún partido ha atesorado tanto respaldo en tan poco tiempo y lo ha perdido de la misma forma vertiginosa, por el cesarismo de su exlíder, Pablo Iglesias, y por sus errores estratégicos... y personales.

El 15-M trajo también una revisión de la Transición, con su intento de acabar con las instituciones del régimen del 78 y la relectura del papel que desarrollaron algunas de las personalidades que la llevaron a término. Lejos de conseguir su objetivo se han convertido en un actor político más.

¿Qué queda del 15-M? Todo movimiento social novedoso deja un poso cuyas consecuencias se sienten a lo largo del tiempo y muchas de sus reivindicaciones las llevan ahora los movimientos vecinales y sociales, las plataformas en favor de las viviendas sociales y antidesahucios, el feminismo. El hecho de que la respuesta a la crisis provocada por la pandemia haya sido opuesta a la de la Gran recesión también tiene que ver con aquella protesta de indignados.