Tiempo

Ramón Pastrana

SON muchas las investigaciones en el mismo sentido, una más avanzadas que otras y otras con más posibilidades de llegar a buen puerto que otras más. Los científicos están empeñados en acercar al hombre al mito de Matusalén, a vivir por lo pronto unas decenas de años más que en la actualidad. Cada grupo de científicos sigue una dirección distinta con lo cual es posible que alguno de ellos llegue a dar con la forma de revertir el envejecimiento y lograr que las células se regeneren y recuperen su plena funcionalidad, y que esa prolongación de su vida no degenere en cáncer.

Por lo pronto la posibilidad de prolongar la vida más allá de lo natural está un poco lejana lo que da tiempo a que, mientras los científicos alcanzan el éxito, se aborden soluciones a los problemas que generarán una prolongación indefinida de la vida, no vaya a ser que el ser humano viva más y no sepa qué hacer con tanto tiempo.

KAMIZAWA. Podría decirse que es una especie de imperativo categórico kantiano, hacer lo que se debe hacer en todo momento y circunstancia. Para lo mismo, los japoneses tienen una palabra, Kamizawa, que se traduce como “divinidad del ser humano”, una cualidad que anima a actuar como es debido, aunque se esté ante situaciones que desagradan o infunden temor. El Kamizawa es una asignatura que enseña a los niños japoneses a atreverse a actuar en entornos de inseguridad.

Pedagogos como Fernando Botella, autor de Salta contigo. ¿Y si eliges ser valiente? considera que ese tipo de educación también tendría que ofrecerse en los colegios españoles. Se trataría de enseñar a los niños y jóvenes a actuar al margen de los temores que les transmiten los padres y enseñarles que la vida se desarrolla normalmente en circunstancias en las que es necesario actuar sin miedo y con pensamiento crítico, para que se enfrenten a una realidad, que no es como la pintan los padres sobreprotectores.

SEGUNDOS. Algunos de los concursantes de Pasapalabra que emite Antena 3, de los que resultan simpáticos a los seguidores del programa y que llevan ya muchas participaciones, desarrollan a lo largo de los días estrategias para gestionar el tiempo de que disponen y con ello presionar a su adversario. Por eso es frecuente que una vez que llegan a un determinado número de aciertos del Rosco y si no tienen claras el resto de respuestas dejen pasar el tiempo y obligar a su oponente a responder de corrido a sus preguntas. A veces ocurre que les sobran casi treinta segundos en los que la cámara se queda fija enfocando la cara del concursante. Un tiempo valiosísimo en televisión como todo el mundo sabe.

Imaginen a los directivos de la cadena viendo transcurrir ese tiempo interminable mientras piensan que un buen anuncio podría reportar a la cadena seis mil, siete mil euros, o el precio que tengan los anuncios en esa franja horaria. Cuando el presentador dice “Tiempo”, dejan de sufrir, pero seguro que están maquinando algo para aprovechar ese tiempo muerto.