Usuarios de Santiago

José Manuel García Iglesias

COMPOSTELA cuenta, en sus días normales, con un repertorio humano variado al que debemos considerar como potencial usuario de su oferta cultural. En primer lugar, cabe aludir a sus propios ciudadanos y, por supuesto, a todos aquellos que, desde toda Galicia, vienen, hasta aquí, por la razón que sea.

De todos ellos conviene entender, como especialmente
relacionados con esta ciudad,
a los pertenecientes a esa unidad territorial, diseñada, inteligentemente, por la Xunta de
Galicia: el Área Sanitaria de
Santiago; en ella se integran lugares tales como Ordes, Ribei-ra, Padrón, A Estrada, Lalín y
Silleda; y municipios como
Teo, Brión, Ames, Val do Du-bra, Trazo, Oroso, O Pino, Touro, Boqueixón, Vedra... Pues bien, a todo este espacio, habría que añadírsele, por ejemplo, Vilagarcía de Arousa, por contar, a través del ferrocarril, con una magnífica comunicación con la capital de Galicia.

En otro orden de cosas se ha de valorar el ir y venir de las gentes foráneas. En este sentido hay dos dimensiones que hacen a Santiago perfectamente distinguible: por una parte, el ser meta del Camino y capital del mundo jacobeo; y por otra, ser reconocida como Patrimonio de la Humanidad.

Pues bien, atendiendo a la tipología de posibles usuarios, debe programarse su actividad cultural. Ahí están los públicos a los que convocar, sin olvidarse de ninguno, atendiendo a todos y partiendo de algo evidente: hay programaciones que son válidas para su generalidad y hay otras que han de ser orientadas a segmentos concretos.

Y ahí empieza la complejidad de un buen trabajo de programación, algo que no debe nacer de la suma de acciones sino de una correcta e inteligente planificación. Y lo dicho puede aplicarse, también, a toda Galicia.