Inertes

Habrá lugares donde quizá extrañe esta fotografía de un hombre hablándole a un muro. Aquí, no, porque estamos demasiado acostumbrados a parlotear con imágenes de madera o de mármol. Sin ir más lejos, en Santiago de Compostela es tradicional abrazar, como si fuese un humano más, la estatua del Apóstol que preside la catedral, a la que luego los políticos de turno le suelen pedir en su día grande que les haga el milagro de que, sin saber cómo, se cumplan sus programas electorales. Poca atención puede llamar, entonces, que una persona dirija sus súplicas a objetos inanimados. A veces, escuchan más que los seres vivos. Y se merecen todo el respeto que les muestra este hebreo de estética arcaica con mascarilla.