Apoyan los portugueses el órdago de Costa de romper la geringonça

Los socialistas se acercan a la mayoría absoluta y sus exsocios por la izquierda se desploman // Decepcionan los conservadores y la ultraderecha es tercera fuerza
Elecciones
Redacción/agencias
ÉXITO ROTUNDO. Una valla publicitaria con la imagen de António Costa. Foto: Javier Hellín

El órdago que lanzó en Portugal el exprimer ministro en funciones, António Costa, rompiendo el gobierno tras las exigencias de sus exsocios del llamado geringonça, Bloco de esquerdas y comunistas, contaba con el respaldo de una buena parte de sus conciudadanos y lo demostraron en las elecciones de este domingo en las que los socialistas refuerzan su poder después de cosechar una clara victoria en las elecciones legislativas de este domingo, con un resultado mejor que el de 2019 y que les deja cerca de la mayoría absoluta.

El Partido Socialista (PS) obtendría el 42 % de los votos, por encima del 36 % de 2019, según los resultados provisionales cuando se ha avanzado más de la mitad de escrutinio.

Una victoria muy por encima de lo que auguraban los sondeos al cierre de campaña, que incluso apuntaban a un empate técnico entre Costa y el líder de la oposición conservadora, Rui Rio (PSD, centroderecha), y que además deja a los socialistas cerca de la mayoría absoluta.

“Pasados dos años (de las últimas elecciones), estamos ante el segundo refuerzo del PS”, dijo Costa tras conocerse las primeras proyecciones, “señal de que los portugueses quieren que el PS gobierne”.

¿Mayoría absoluta? Con escrutinio por delante, Costa mantiene la cautela: es un “escenario extremo”, que no es “previsible”.

En 2019, el PS obtuvo 108 de los 230 diputados del Parlamento y se quedó a ocho de la mayoría absoluta. Costa decidió prescindir del apoyo de la geringonça que le sostuvo en su primera legislaturay gobernar en minoría negociando medida a medida.

La estrategia hizo aguas dos años después, cuando sus antiguos socios de izquierda votaron en contra del Presupuesto para 2022 de los socialistas y le dejaron solo, pero ahora Costa ha sacado rédito de ese fracaso.

El adelanto electoral ha permitido a los socialistas reforzar su presencia en el hemiciclo mientras que los minoritarios de la geringonça pierden votos. El Bloco asumió su “derrota” y, en una primera reacción, consideró que la “bipolarización forzada” por los socialistas en las últimas semanas “tuvo éxito para crear un voto útil a la izquierda”, según su líder parlamentario, Pedro Filipe Soares.

LOS CONSERVADORES, LA DECEPCIÓN. Al otro lado del hemiciclo, caras largas para el PSD de Rui Rio, que tras la euforia del final de campaña con la remontada que auguraban las encuestas se quedará finalmente en torno al 30 % de los sufragios.

Un resultado por encima del de 2019 (27,76 %) pero que aun así no sirve para respaldar a Rio, muy cuestionado durante sus cuatro años como líder de la oposición y que había recibido oxígeno en las municipales con el llamado “efecto Lisboa”. Entonces le arrebataron el Ayuntamiento de la capital a los socialistas en contra de lo que anticipaban todos los sondeos.

Esta vez ha sido al revés: los sondeos sobrestimaron sus resultados y el “efecto Portugal” ha golpeado al PSD.

El gran triunfador a ese lado del espectro político está en el extremo: el ultraderechista Chega, con el 1,29 % de los votos en 2019 y un diputado, escala hasta convertirse en tercera fuerza, con más del 7,5 %. “Hoy podíamos estar felices con el crecimiento de Chega, y lo estamos, porque la gente ha entendido el mensaje”, dijo el líder del partido, André Ventura, a su llegada al “cuartel general” desde donde acompañan los resultados.