El diputado italiano del Catargate niega los sobornos

Silvia Martínez

Bruselas. «Nunca he recibido dinero, ni directa ni indirectamente, ni en efectivo ni a través de transacciones financieras, ni para mí ni para ninguna asociación, fundación, ONG, empresa o persona física». Con estas palabras el eurodiputado socialista italiano Andrea Cozzolino, salpicado por el escándalo de sobornos del Catargate, se defendió ayer ante la comisión de asuntos jurídicos del Parlamento Europeo, que examina el suplicatorio remitido por la justicia belga solicitando el levantamiento de su inmunidad parlamentaria para poder ser investigado en relación a la supuesta trama de corrupción e influencias de Catar y Marruecos.

La intención del Parlamento Europeo es tramitar el asunto con la máxima celeridad y que el pleno pueda votar la recomendación en el mes de febrero.

Según explicaron sus abogados al término de la audiencia, que se celebró a puerta cerrada, Cozzolino se declaró inocente, se desvinculó de cualquier actividad que pudieran haber llevado a cabo el ex eurodiputado Pier Antoino Panzeri y su propio asistente parlamentario Francesco Giorgi –ambos en prisión preventiva desde diciembre, acusados de corrupción, blanqueo de dinero y asociación con una organización criminal, lo mismo que la ex vicepresidenta Eva Kailli– y se mostró dispuesto a renunciar a su inmunidad para tranquilizar al Europarlamento y colaborar con la investigación judicial. Una renuncia que, en términos prácticos, no tiene ninguna implicación ya que es el pleno el que tiene potestad para retirarla.

Durante la misma, Cozzolino estuvo asistido por un asesor jurídico, aunque el único en poder dirigirse a la comisión y dar las explicaciones solicitadas fue el eurodiputado. «Ha demostrado que su actividad política sobre las cuestiones de Catar y Marruecos era incompatible con la asunción de que formara parte de una red para influir», explicó el abogado Federico Conte antes de precisar que su cliente ha rechazado la «muy genérica hipótesis de la investigación formulada en su contra.

«Antes incluso de que se anunciara el suplicatorio de suspensión de mi inmunidad, el 21 de diciembre de 2022, ya me había dirigido a la justicia belga a través de mis abogadoss”, señalo. Silvia Martínez