ERC busca liderar un Govern sin Illa, que insiste en acudir a la investidura

PSC y En Comú Podem presionan a los republicanos para abrir vías de entendimiento que den alguna posibilidad a los socialistas// Junqueras prefiere, en cambio, apostar por los soberanistas
Mario Álvarez
Rull, Sánchez, Romeva, Forn, Cuixart, Turull y Junqueras salen de prisión el 29 de enero. Foto: David Zorraquino/E.P.

El cabeza de lista de ERC, Pere Aragonès, y el candidato del PSC, Salvador Illa, anunciaron ayer la apertura de una ronda de contactos en busca de posibles apoyos para conseguir su investidura a la presidencia de la Generalitat catalana.

Quien más claro lo tiene para ser investido es Aragonès, que empató a escaños con el PSC (33), superó por un diputado a su rival directo, JxCat, y aspira a recabar el respaldo de la mayoría absoluta independentista (74 de los 135 diputados), si bien quiere ampliarla a los comunes.

Pese a ser el ganador en número de votos de las elecciones del 14F, el exministro de Sanidad tiene mínimas opciones reales de ser investido presidente autonómico, puesto que los partidos independentistas ya han descartado cualquier pacto de gobierno con los socialistas, tal y como informa la Agencia Efe.

Aun así, Illa insistió ayer en que contactará con todas las formaciones políticas con representación en el Parlament salvo Vox para intentar negociar su investidura, y también “luchará” para que el PSC sea quien presida el Parlament.

“Mi partido ha ganado las elecciones en Cataluña y me corresponde presentar candidatura y formar Govern”, aseguró, y pidió a ERC no plantear caminos “inasumibles” como la autodeterminación o la amnistía y empezar a hablar de una nueva etapa en Cataluña centrada en los problemas reales que afectan a los ciudadanos.

Aún más explícito se mostró el expresidente de la Generalitat José Montilla, que apostó por “buscar vías de entendimiento” entre PSC y ERC: “Es una oportunidad que no tendríamos que dejar pasar”.

Sin embargo, un acuerdo de gobierno entre las dos fuerzas más votadas en las elecciones del domingo parece ahora mismo inviable.

En este sentido, el presidente de ERC, Oriol Junqueras, manifestó en TV3 que un Govern entre Esquerra y el PSC es “imposible” porque ambos son “los partidos políticos más antagónicos de Cataluña”.

Por ello, ERC iniciará “de forma inmediata” la negociación con todos los partidos soberanistas -de JxCat a la CUP, pasando por los comunes- con vistas “a la formación del nuevo Govern”, según explicó la portavoz republicana, Marta Vilalta.

La primera en allanar el camino a esta vía fue la candidata de JxCat, Laura Borràs, que dijo apostar por formar un ejecutivo inequívocamente independentista, sin los comunes, y señaló que su formación no tiene “ningún inconveniente” en apoyar la investidura de Aragonès.

En cambio, la líder de En Comú Podem, Jéssica Albiach, reclamó “valentía” y “generosidad” a ERC para que levante su veto al PSC y negocien a tres bandas la formación de un Govern de izquierdas, al tiempo que cerró la puerta a participar o apoyar un ejecutivo autonómico del que forme parte JxCat.

La CUP, que tiene la llave para desbloquear un Govern independentista, se mostró dispuesta a avalar esta opción dependiendo de “qué esté dispuesto a hacer” y siempre que refleje el resultado de las urnas, que según su lectura han pedido “un proyecto más a la izquierda” que el que había hasta ahora.

En el otro extremo, el líder de Vox, Santiago Abascal, prometió que sus once diputados en el Parlament ejercerán una “oposición total” al nuevo Govern, para poder construir una “alternativa”.

Peticiones de dimisiones en Ciudadanos. Más movidas bajan las aguas en las filas de la formación naranja, después de perder en tres años 30 de sus 36 escaños: diputados, concejales y afiliados del sector crítico pidieron una “profunda regeneración” en la dirección y “cambios de liderazgo a nivel nacional y de Cataluña”, esto es, la salida de Inés Arrimadas y Carlos Carrizosa.

Algunos dirigentes territoriales insistieron en que ha sido “un desastre” y reclaman un cambio de rumbo de Ciudadanos o el partido estará acabado, advirtieron después de unos resultados que han dejado a Cs como penúltima fuerza en el Parlament al obtener un 5,57 por ciento de los votos (un 5,66 % consiguió en Cataluña en las generales del 10-N).

No apuntan ningún nombre en concreto, pero hay quien cree que el responsable de la campaña y vicesecretario primero, Carlos Cuadrado, debe dejar su cargo.

Un poco más allá va la corriente Renovadores Cs, que exige cambios en el liderazgo nacional y de Cataluña, refiriéndose a Arrimadas y a Carrizosa, sin mencionarlos.

Culpan a Arrimadas de encadenar un tercer fracaso electoral, tras las gallegas y vascas, y afirman que bajo su mandato los resultados electorales “empeoran cada vez más” hasta alcanzar “el más estrepitoso batacazo sufrido por Ciudadanos”.

Creen que los de Cataluña no son la consecuencia de una mala campaña, sino “de un cúmulo de desaciertos, de errores estratégicos y de comunicación, de liderazgo y dirección” que se han ido produciendo estos últimos años y que culminan “con una campaña electoral fallida”.

Y del primer error culpan a la presidenta por dejar Cataluña para irse al Congreso de “número 2” de Albert Rivera, lo que, a su juicio, “trasladó la imagen de falta de confianza en la propia capacidad para articular una auténtica alternativa de gobierno al independentismo”. Otra equivocación, señalan, fue que Arrimadas no se presentara a la investidura.

Sin embargo, Carrizosa señaló que “no se soluciona nada abriendo crisis en el partido” y apeló así a la “unidad” y el “trabajo” para reflotar este espacio político.

Por lo que se refiere al último partido con representación en el Parlament, el PP con solo tres diputados, su dirección culpó de los malos resultados a la abstención y al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, al que acusó de “juego sucio” y de dar alas al independentismo.

Aún mayor es la decepción en el PDeCAT, que ha quedado fuera del hemiciclo catalán y que ha abierto un “período de reflexión” y convocará a su Consell Nacional, máximo órgano entre congresos, para tomar decisiones de futuro.

Así lo explicó en rueda de prensa el presidente de la formación, David Bonvehí, después de que el PDeCAT obtuviese en las elecciones 77.000 votos, que no fueron suficientes para conseguir un escaño.