consecuencias de la guerra. Ucrania ha dejado de exportar alimentos para 400 millones de personas // El encarecimiento de los precios es el problema número uno // Los agricultores no pueden seguir produciendo TEXTO Ángela Precedo

Crisis alimentaria sin precedentes: desaparece el granero del mundo

El Correo Gallego
siembra y recogida del cereal. Hace casi tres meses que no se ve esta imagen en Ucrania. Foto: E.P.

El mundo se enfrenta a una crisis alimentaria sin precedentes, con el precio de los alimentos de primera necesidad como principal problema, especialmente para zonas en desarrollo o subdesarrolladas que no pueden permitirse pagar grandes cantidades por las importaciones recibidas y que en sus tierras no pueden producir ciertos bienes, como trigo y cereales, como es el caso de África y gran parte de Asia.

“Para 2023 será un problema la disponibilidad de alimentos”, se mostró contundente el director del Programa Mundial de Alimentos de Naciones Unidas, David Beasley, que señaló ante el Consejo de Seguridad que, en gran medida, la carencia es consecuencia de la guerra de Ucrania. “Cuando un país como Ucrania, que produce suficientes alimentos para 400 millones de personas, queda fuera del mercado, se crea la volatilidad que ahora estamos viendo”, explicó.

Ahora mismo la invasión rusa está bloqueando el transporte de los barcos en la zona del Mar Negro y del Mar de Azov, por lo que no pueden salir cargados de grano hacia el resto del mundo, acostumbrado a recibir toneladas de alimento diariamente. Además, las incursiones rusas en las poblaciones rurales provocan una paralización del trabajo de los agricultores. Los misiles lanzados dañan y arruinan las cosechas... Y, por ello, aunque ahora hay grano de cosechas anteriores, las consecuencias más graves están por llegar, pues no se está produciendo.

Así las cosas, Beasley advirtió de que “no abrir esos puertos en la región de Odesa será una declaración de guerra a la seguridad alimentaria mundial y resultará en hambruna, desestabilización y migración masiva en todo el mundo”. “Tenemos suficiente experiencia histórica para comprender las consecuencias cuando no actuamos. Cuando una nación que es el granero del mundo se convierte en una nación con las filas de pan más largas. Sabemos que tenemos un problema”, zanjó.

RUSIA ASEGURA QUE ESTA PROBLEMÁTICA YA VIENE DE LEJOS. Rusia no ha dudado en defenderse de las acusaciones que apuntan a su incursión militar en Ucrania como el germen de todos los males. “Después del inicio de la operación militar especial en Ucrania, ha habido una aceleración casi cuántica en la promoción de actitudes de que Moscú es el culpable de todo”, denunció el representante de Rusia ante Naciones Unidas, Vasili Nebenzia, que defendió ante la ONU que la amenaza de una crisis alimentaria a nivel mundial no ha surgido a raíz de esta guerra.

Consideró que, más bien, está relacionada con la “transición abrupta” hacia las energías renovables. “Recordemos que la amenaza de una crisis alimentaria no surgió este año. El director ejecutivo del Programa Mundial de Alimentos de Naciones Unidas, David Beasley, anunció la posibilidad de una hambruna de proporciones bíblicas y una tormenta perfecta en 2020”, dijo.

Así, Nebenzia señaló que un factor importante para comprender esta amenaza es el hecho de que gran parte de la comunidad internacional ha llevado a cabo una “transición abrupta hacia la energía verde” en lugar de apostar por “una transición energética suave y bien pensada”. Algo que se ha agravado más aún a raíz de las sanciones impuestas a Rusia y de la imperiosa necesidad de prescindir del petróleo y gas ruso para no seguir financiando la maquinaria del Kremlin.

“Es como si quisiéramos matar a todos de hambre, y ustedes y los ucranianos solo están, supuestamente, preocupados por cómo salvar la vida de los hambrientos. La imagen parece ser coherente, pero es absolutamente astuta”, añadió Nebenzya, que explicó que, “supuestamente, bloqueamos la oportunidad para exportar productos agrícolas de Ucrania por mar. Sin embargo, la verdad es que es Ucrania y no Rusia quien ha bloqueado 75 barcos de 17 estados en los puertos de Mikolaiv, Jersón, Chernomorsk, Mariúpol, Ochakov, Odesa y Yuzhniy y ha minado las vías fluviales”, indicó.

EL TRIGO COMO MONEDA A CAMBIO DE ARMAS. Finalmente, el funcionario ruso especuló que las cosechas de trigo de Ucrania no están siendo repartidas en el país, sino que se están destinando a almacenes de la Unión Europea como contraprestación por el envío de armamento al ejército ucraniano. Por lo que la ayuda supuestamente desinteresada de Occidente a Ucrania no sería tan desinteresada, sino una forma de cubrirse las espaldas ante la subida del precio de los alimentos y su escasez, mientras deja sin proveedor al resto del mundo, sin importarle.

“Surge la pregunta lógica: ¿A dónde van estas entregas? Se bombea a los graneros de los países europeos y se está pagando por las armas suministradas por Occidente”, añadió Nebenzia, quién además detalló que Moscú ha bloqueado las exportaciones de trigo desde Ucrania por sus acciones.

CASI 50 MILLONES DE PERSONAS EN RIESGO DE HAMBRUNA. Sea como fuere, y sea de quien sea la culpa, la realidad es que en estos momentos unos 49 millones de personas de 43 países están a un paso de la hambruna, y alrededor de medio millón repartidos entre Etiopía, Sudán del Sur, Yemen y Madagascar, ya están en esa situación. Son datos aportados por la ONU, que anunció esta semana una nueva partida de 30 millones de dólares para combatir el hambre en la región africana del Sahel (Níger, Mali, Chad y Burkina Faso).

La guerra de Ucrania ha disparado hasta un 30 % el precio de productos básicos en muchos lugares de África y Oriente Medio y está obligando a las agencias humanitarias a recortar sus programas de apoyo alimentario. El año pasado la mayoría de los 140 millones de personas que sufrieron hambre vivían solo en diez pasíses: Afganistán, República Democrática del Congo, Etiopía, Haití, Nigeria, Pakistán, Sudán del Sur, Sudán, Siria y Yemen.