El bombardeo ruso sobre Azovstal pudo haber causado un grave vertido tóxico

Una filtración de sulfuro de hidrógeno podría llegar hasta el Mar Mediterráneo // Ya son 1.730 los militares ucranianos evacuados de la acería que se han convertido en prisioneros de guerra
antonella santos / AgenciasSantiago / Kiev
alrededores de azovstal. Así se vería el fluido del sulfuro de hidrógeno. Foto: Telegram Mariúpol Major

Si se pensaba que lo peor que estaba sucediendo en Azovstal antes de la evacuación de los militares era la muerte de cientos de heridos, tras la entrada de las tropas rusas parece haberse confirmado una realidad aún más grave: el continuo bombardeo sobre las instalaciones siderúrgicas de Mariúpol podría haber originado una filtración de sulfuro de hidrógeno al mar de Azov, una sustancia altamente contaminante.

Según aseguró el alcalde de Mariúpol, Vadym Boichenko, en su canal oficial de Telegram en la madrugada del miércoles, la filtración incluso podría amenazar con la extinción de la fauna y la flora de las aguas de Azov. “El bombardeo de Azovstal podría haber dañado una estructura técnica que contiene decenas de miles de toneladas de una solución concentrada de sulfuro de hidrógeno”, subrayó.

“Una fuga de este líquido matará por completo a la flora y fauna del mar de Azov. Además, estas sustancias peligrosas pueden llegar a los mares Negro y Mediterráneo”, advirtió el consejo municipal. Por su parte, Boichenko anunció la necesidad de entrada inmediata de expertos internacionales y de la ONU en las instalaciones de la acería para estudiar la situación y prevenir un desastre medioambiental de características globales. Desde Rusia, no hay respuesta.

CRUZ ROJA PIDE ACCESO ‘A SOLAS’ A LOS SOLDADOS. Mientras tanto, el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) tiene ya registrados a “cientos” de prisioneros de guerra salidos de la acería y pidió a Rusia que le dé acceso a estas personas, para poder entrevistarlas sin testigos de ninguna de las partes, en el proceso de investigación de supuestos crímenes de guerra. Según el Kremlin, ya son más de 1.700 los militares arrestados.

En concreto, el Ministerio de Defensa de Rusia elevó este jueves a 1.730 los efectivos que se han entregado en estas instalaciones, símbolo de la resistencia local frente al asedio ruso y donde permanecieron refugiados durante semanas cientos de civiles. En las últimas horas, Moscú ha capturado a más de 770 militares. Son cifras que no han confirmado las autoridades ucranianas.

Estas mantienen por ahora su interés de hacer un futuro canje de prisioneros con los militares que sean capturados tras abandonar la acería. Pero nada se sabe de que Rusia esté pensando en aceptarlo.

El CICR comenzó el martes a registrar a estos prisioneros, “incluidos los heridos”, por petición de las dos partes, y, por ahora, todavía no tiene datos exactos. Tampoco participa en el transporte de estas personas a los lugares donde están siendo recluidos en el este de Ucrania.

La organización está anotando nombre, fecha de nacimiento y pariente cercano de estos prisioneros, con vistas a llevar un registro claro y ayudarles a permanecer en contactos con sus familias. El CICR, que mantiene un “diálogo confidencial” con ucranianos y rusos, recordó que, como establecen las Convenciones de Ginebra, debe tener un “acceso inmediato” a estas personas.

“Si las circunstancias lo permiten, las partes en conflicto deben adoptar todas las medidas posibles para buscar y recoger los cadáveres”, añadió. Como respuesta, solo obtuvo imágenes de las autoridades rusas en las que muestran que están brindando asistencia a los heridos, que se calcula que son unos 80.

“Todos aquellos que necesiten tratamiento hospitalario reciben asistencia en instituciones médicas” en la localidad de Novoazovsk, controlada por Rusia a través de la autoproclamada república popular de Donetsk, y en la ciudad de Donetsk, dominada desde 2014 por los separatistas prorrusos, explicó el portavoz castrense, el general mayor Ígor Konashénkov.