Kiev reduce su población a la mitad y Mariúpol sólo lucha por sobrevivir

La capital ucraniana se ha transformado en una “fortaleza”, asegura su alcalde, mientras en la ciudad portuaria no hay electricidad, agua y comida, ni siquiera para los niños, dice Cruz Roja
Guerra en Ucrania
Ramiro Ponte
soldados ucranianos esperan un tren en la estación de Lviv antes de dirigirse al combate. Foto: V. Circosta

Uno de cada dos habitantes de la capital ucraniana ya la abandonaron. Kiev se está desvaneciendo, entre la guerra, mientras el peor impacto del conflicto se lo lleva la ciudad portuaria de Mariúpol, donde la situación es totalmente insostenible. Su población no tiene electricidad, ni agua, ni comida, ni siquiera para los niños. Por si fuera poco, el frío tampoco deja indiferente a nadie, y muchos empiezan a enfermar... Ya van 15 días desde que todo comenzó, desde que Rusia arrebató la paz a Ucrania, y las condiciones no hacen más que empeorar en la urbe bloqueada por los rusos, cuyos bombardeos siguieron resonando ayer como relámpagos.

Mientras por “cada segundo, un habitante de Kiev se va”, en Mariúpol las bombas impiden a gran parte de su gente abandonar dicha urbe --o lo que queda de ella-- ante una escena que se torna más frágil con el paso de las horas. “Estamos empezando a caer enfermos, varios de nosotros, por la humedad y el frío. Intentamos mantener una higiene mínima, pero no siempre es posible”, apuntaba este jueves Sasha Volkov, jefe de la oficina de la Cruz Roja, desde esta localidad asediada por Moscú... “Todas las farmacias y tiendas fueron saqueadas hace cuatro o cinco días. Algunas personas tienen comida, pero no estoy seguro cuanto va a durar. Muchos dicen que no tienen comida para los niños”, agregó igualmente, evidenciando la gravedad de la situación, por si no llegase con sus primeras declaraciones.

OTRA “MALA MAÑANA”. La de la pasada jornada fue otra “mala mañana”, por no decir un terrible día. Así lo indicaban desde su ayuntamiento en Telegram... “Mala mañana en Mariúpol otra vez. Ataque aéreo en una ciudad pacífica de nuevo. Hoy a las 8:00 (06:00 GMT) en el área de la avenida Budivelnikov, las fuerzas de ocupación rusas dispararon contra los residentes desde aviones”. No sería el único bombardeo, pero sí el primero en conocerse.

Entre los muertos, y bajo el insistente ataque del Kremlin, cientos de miles de personas continúan atrapadas en esta ciudad, considerada una “conquista clave” para los intereses militares de Rusia, en la medida en que le permitiría avanzar en sus esfuerzos de unir las zonas rebeldes del este de Ucrania con Crimea.

Los intentos para crear corredores humanitarios de nada han servido --sucumbiendo uno a uno a los contratiempos de la violencia--. Entre 300.000 y 400.000 personas seguirían siendo “rehenes” de las fuerzas rusas y sus aliados, ya sin suministros básicos ni comunicaciones.

El país puso este caso como ejemplo de una crisis humanitaria que ratificó también de primera mano Olexander, un trabajador de Médico Sin Fronteras. “En Mariúpol, ahora mismo no hay agua potable, nada, y no hay de dónde sacarla”, cuenta en una grabación distribuida por la propia ONG. En ella, destaca que la gente sobrevive “buscando fuentes en los parques o recogiendo el agua de los tejados cuando la nieve se derrite”. Además, los ciudadanos “no tienen forma de encontrar comida y tampoco pueden hacer un fuego para cocinar”. “La situación para quienes tienen niños también es muy, muy mala, porque necesitan muchas más cosas, como productos de higiene, y no hay manera de encontrarlos en ningún sitio”.

EL SILENCIO A 700 KILÓMETROS.

El ruido de las bombas en Mariúpol contrasta con el silencio de Kiev. Allí, a unos 700 kilómetros, la ofensiva de Moscú avanza mientras cientos de miles de personas siguen escapando. El alcalde de la capital ucraniana, Vitali Klitschko, denunció el asedio de las tropas rusas sobre esta zona y apuntó que la mitad de su población ya ha abandonado la ciudad. “Poco menos de 2 millones de personas se han ido actualmente. Sin embargo, Kiev se ha transformado en una fortaleza. Cada calle, cada edificio, cada puesto de control ha sido fortificado”, aseveró al respecto.