Las solicitudes de ingreso de Finlandia y Suecia en la OTAN irritan al Kremlin

Estocolmo acordó este viernes iniciar los trámites de adhesión a la Alianza, como ya había hecho Helsinki el jueves // El portavoz de Presidencia rusa alerta de “amenaza potencial” y represalias
á. p. / agenciasSantiago / Moscú
primeras ministras de suecia y finlandia. Magdalena Andersson y Sanna Marin. Foto: Montaje ECG

Si el desencadenante de la guerra de Ucrania fue, tal y como reconocieron desde el propio Kremlin, la expansión de las fronteras de la OTAN hacia territorio ruso, lo que dejaría a merced de los intereses occidentales el gigante euroasiático, las solicitudes de ingreso en la Alianza realizadas por Finlandia y Suecia, dos aliados históricos de Rusia, no han hecho más que irritar a Putin.

La invasión a Ucrania tenía el objetivo de evitar su entrada en la OTAN después de los acercamientos producidos en los últimos años. Viendo el desastre tanto económico como humanitario que está teniendo una guerra en la que nadie quiere tomar partido por un país fuera de los tratados internacionales, Finlandia y Suecia han decidido cubrirse las espaldas y solicitar el ingreso en la Alianza Atlántica, no vaya a ser que en un futuro les suceda lo mismo que a Ucrania y nadie les vaya a defender.

Y esto, obviamente, no ha sentado bien al presidente ruso, Vladimir Putin, que viendo expandirse las fronteras de la OTAN aún más de lo que temía, se reunió este viernes con miembros del Consejo de Seguridad del país para abordar los planes de Finlandia y Suecia de ingreso y la “amenaza potencial” que representa este paso para Rusia.

“Tuvo lugar un intercambio de opiniones sobre la decisión de Finlandia y Suecia de adherirse a la OTAN y las posibles amenazas a la seguridad de Rusia que surgen a partir de ello”, dijo el portavoz de la Presidencia rusa, Dimitri Peskov, tras el encuentro, en el que estuvieron presentes el primer ministro, Mijail Mishustin, el vicepresident del Consejo de Seguridad, Dimitri Medvédev; el ministro de Defensa, Serguéi Shoigú; el jefe de la Administración Presidencial, Antón Vaino; el ministro de Interior, Vladimir Kolokoltsev; y otro altos cargos rusos.

Cabe recordar que Moscú ya había advertido el jueves a Helsinki de que se reservaba el derecho a tomar medidas, incluido técnico-militares, tras la decisión de los dirigentes de ese país de apoyar el ingreso en la OTAN, lo que, para Rusia, pone en peligro la estabilidad y la seguridad en el norte de Europa.

A esas advertencias añaden ahora a Suecia, que, como hizo el jueves Finlandia, dio este viernes el primer paso para su integración en la OTAN, un eslabón más en el proceso para que todos los nórdicos queden integrados en la Alianza. El Gobierno sueco analizó ayer en Estocolmo la nueva situación de seguridad en Europa provocada por la guerra de Ucrania para determinar su ingreso en la OTAN.

Aunque los trámites serán largos y pueden demorarse un año, Estados Unidos ya respaldó estas adhesiones, al asegurar que la inclusión de los nórdicos en la Alianza contribuiría también a la seguridad de los estadounidenses.