ayuda. Desde la entidad AGA-Ucraína ya enviaron trece camiones con donaciones particulares para la población, los dos últimos para Bucha e Irpin // Dicen que los supervivientes siguen necesitando comida perecedera TEXTO Carlos Alberto Sánchez

Lucha solidaria desde Galicia para aliviar el dolor del país devastado

Ayuda humanitaria
Carlos Alberto Sánchez
voluntarios de AGA-Ucraína tras preparar un camión con material humanitaria destino a Ucrania. Foto: AGA-Ucraína

En las últimas horas ha partido desde A Coruña un nuevo contingente de ayuda humanitaria, y son ya trece los camiones con destino a Ucrania que ha logrado fletar la asociación AGA-Ucraína, en la que la ucraniana residente en Galicia Masha Pavlenko y su pareja, Óscar Madarro, son parte muy activa, con otros miembros de este colectivo de voluntarios.

Tras el éxodo masivo de ucranianos fuera de sus fronteras y después de medio centenar de días de guerra, Masha asegura que las necesidades están cambiando ya que la población que ha sobrevivido a los ataques solicita “comida que no sea perecedera, mucha comida”, puntualiza a Efe.

Los esfuerzos se centran por tanto en tratar de enviar alimentos “a las ciudades que han quedado liberadas tras el asedio y en las que no hay ningún tipo de suministro”, y “se necesita mucha ayuda humanitaria en Bucha, Irpin, Borodyanka y Kyiv”, señala, entre otros lugares.

Una ayuda que también se hace imprescindible en Galicia porque “la ropa la necesitamos para las familias que están refugiadas aquí”, dice Masha Pavlenko, a la par que opina que es necesario “seguir recordando que la guerra sigue y que la ayuda continúa siendo necesaria”, observa preocupada por el hecho de que el paso del tiempo narcotice la implicación y la solidaridad que les ha ido llegando hasta el momento.

Otra mujer ucraniana, Natalia Kondrashkina, ha abierto un almacén en el que reúne ropa que distribuye únicamente entre refugiados que ya residen en A Coruña y que ahora precisan reconstruir sus vidas como pueden, cubriendo otras necesidades básicas y personales como la higiene, además de vestirse.

“En este almacén pueden coger todo lo que necesitan, además de ropa hay que pensar que solicitan productos de higiene, como la de los bebés que son productos muy caros, y se demandan también pañales, cunas, almohadas, mantas, carritos y ropa de bebé”, enumera Óscar Madarro.

DONACIONES PARTICULARES Desde que se montó la asociación AGA-Ucraína han enviado 13 camiones totalmente llenos, “es una barbaridad, porque cada camión lleva entre 90 y 110 metros cúbicos de mercancía, y todo procede de donaciones particulares de Galicia”, subraya Madarro, que explica cómo cuentan con diversos puntos de recogida y almacenes centrales en A Coruña, Ourense, Vigo y Santiago, -este último actualmente ya cerrado-; en donde cargan los camiones que envían directamente al país agredido por Rusia.

La ayuda que sale de Galicia entra directamente a Ucrania porque “los camiones vienen aquí a través de importadores gallegos y los chóferes, al ser ucranianos, tienen la obligación de regresar con ayuda humanitaria”, narra Óscar Madarro; es decir, “la ventaja es que no se quedan en la frontera de Polonia sino que entran en el país, y los dos últimos enviados han llegado con ayuda a Bucha e Irpin, dos de las ciudades más castigadas por los bombardeos, “dos localidades que han sido liberadas y que tienen una necesidad total porque lo poco que tenían lo saquearon los rusos al irse”, ha dicho.

el viaje de los refugiados AGA-Ucraína lleva un registro de los ucranianos que están evacuando a Galicia, y en este momento controlan unas 250 personas de 1.000 que ya residen provisionalmente en tierras gallegas, un trabajo que no finaliza con la llegada de autobuses sino con el seguimiento que se realiza sobre la ubicación de esas familias y las atenciones básicas que precisan.

En los autocares que salen de A Coruña viajan un mínimo de dos chóferes y personal preparado para facilitar el viaje a los refugiados y en algunos casos hablan ucraniano o ruso, y en otras ocasiones viajan policías y bomberos.

“Los buses se meten dentro de la frontera de Ucrania, a 50 kilómetros, en concreto a Truskavets, porque ya tenemos a las familias escogidas”, afirma Masha Pavlenko; es decir, “organizamos todo por adelantado y cuando vienen los refugiados ya tienen todo preparado”, gracias a la ONG KOLO que actúa en Ucrania como una corresponsalía para la asociación gallega.

AYUDA ECONÓMICA: A LAS CUENTAS DEL GOBIERNO UCRANIANO La ayuda económica que reciben “se transfiere directamente a las cuentas del Gobierno ucraniano”, desvela Masha Pavlenko, y además “colaboramos con una ONG para la que compramos los medicamentos y algunos bienes de equipo para hospitales para los que se solicita previamente una factura proforma y solo se les manda la cantidad exacta que viene en la factura, así que todo lo que sale queda controlado por nuestra parte”, matiza.

Para financiar los envíos reciben ayudas de la Fundación Abanca y otras empresas gallegas que sufragan los portes de las mercancía enviadas, además, del edificio logístico, que aporta Afundación, y que usan de almacén para centralizar el trabajo. “Todo lo que recaudamos lo enviamos íntegramente, el 100%, a Ucrania porque nosotros estamos aguantando en España sin generar gastos administrativos, ya que todo el trabajo que desarrollamos aquí lo hacemos con voluntarios; así llevamos un mes, sin pasar gastos”, corrobora Masha Pavlenko.

“nunca pensé que fuesen a atacar de una forma tan horrible”La ucraniana afincada en A Coruña sospechaba que el conflicto con Rusia se acrecentaría pero “no tan de golpe, porque personalmente pensé que empezarían por el Donbás, donde ya había una guerra, y que luego ocuparían más territorios desde allí. Pero nunca pensé que fuesen a atacar desde el mar o desde Bielorrusia y de esta forma tan horrible”.