La lava enterrará infraestructuras y al caer al mar provocará lluvia ácida

El catedrático de Geología José Mangas manifiesta que el fenómeno podría durar semanas // La Agencia Estatal de Meteorología contempla la posibilidad de estas precipitaciones
Erupciones
Victoria Pardo
daños. Una casa es destruida por la lava del volcán de la zona de Cabeza de Vaca (El Paso). Foto: Europa Press

Los ríos de lava que recorren la vertiente oeste de La Palma en dirección a la costa, tras la erupción iniciada este domingo en la isla canaria, enterrarán comunicaciones terrestres, eléctricas y telefónicas y crearán una lluvia ácida cuando los mismos desemboquen en el mar.

Así lo explicó a Efe el catedrático de Geología de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, José Mangas, quien detalló durante la pasada jornada que las coladas de esta erupción estromboliana, marcada por pequeñas explosiones de materiales pastosos, arrastran varios metros cúbicos de lava por segundo.

El efecto de este fenómeno es la creación de diversas lenguas de lava de varios metros de ancho que van sepultando a su paso carreteras, viaductos, tendidos eléctricos y telefónicos y fundiendo las tuberías de pvc de las conducciones de agua potable, ya que la lava avanza a unos 1.100 grados de temperatura.

“Es como una apisonadora, para volver a habilitar las carreteras se necesitarán explosiones, no se podrá con excavadoras”, evidencia el geólogo de la ULPGC, que en esta crisis volcánica colabora para facilitar a la sociedad la comprensión del fenómeno al que está asistiendo.

En este sentido, Mangas también aludió a la destrucción de viviendas, plantaciones, hoteles, casas rurales e instalaciones agrícolas que causará este volcán, un espectáculo de la naturaleza que también ocasionará “pérdidas importantes” para la isla y habitantes de La Palma.

“Estamos empezando, puede durar varios días o semanas. La última erupción, del Teneguía en 1971 en la misma isla -en la que murieron dos personas-, se prolongó durante 24 días”, recordó al respecto, sin poder determinar un periodo exacto.

Según comentó, cuando los ríos de lava que recorren desde este domingo nuevamente la isla de La Palma lleguen al mar, en forma de una enorme cascada que caerá por un acantilado de unos cien metros de altitud, se producirá un choque térmico “muy notable”, a tenor de los 1.100 grados que puede tener el material volcánico que entre en contacto con un agua que está a 23 ºC.

Ello generará, según indicó, enormes nubes de vapor ácido, ya que el agua de mar contiene 35 gramos de sales por kilo. Y la sal está formada por cloro: “Habrá explosiones. Es como si mezcláramos aceite hirviendo con agua. Se puede generar una lluvia ácida que cause a la población irritaciones de garganta y de nariz”.

puede que haya NUEVAS FISURAS. Por otro lado, Mangas no descartó que se puedan producir nuevas fisuras en la isla de La Palma, si bien advirtió de que todo dependerá de la presión de gases que tiene la cámara magmática del volcán que ha entrado en erupción, que está entre 5 y 15 kilómetros de profundidad.

Al respecto, indicó que la cámara magmática está formada por la roca correspondiente al edificio de La Palma, de 6,5 kilómetros de altura (2,5 km por encima del nivel del mar y 4 km por debajo), y éste se aposenta sobre la corteza oceánica, donde está el magma estancado y que se eleva a la superficie a causa de la presión de los gases.

LA Aemet los ve “poco probables”. Por su parte, en relación a las lluvias ácidas que augura el catedrático canario, desde la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) consideraron este tipo de precipitación “poco probable” en zonas pobladas, a consecuencia de los gases tóxicos que emanan de la erupción volcánica que se inició este domingo en la isla de La Palma, aunque esta hipótesis tampoco es “descartable”.

Del mismo modo, no esperan que los gases tóxicos que libera la lava puedan influir en el cambio climático, apuntando igualmente que el confinamiento causó “poco impacto” en las emisiones globales de CO2, y en este caso tampoco afectará en este proceso global, ya que las oscilaciones en el marco global podrían tener un “impacto pequeño”.