La ONU dice que fracasar “cada año” no es solución para Siria y reitera su preocupación por los niños en Hasaka

Griffiths ha resaltado que es necesaria una financiación “inteligente” y esfuerzos humanitarios “creativos” para reducir la dependencia de la ayuda alimentaria en el país
Campamentos
El Correo Gallego
Campamento de Al Hol, en Siria

Naciones Unidas ha resaltado este jueves que “fracasar cada año no puede ser una estrategia” para la solución del conflicto Siria y ha expresado su preocupación por los cientos de niños que han quedado atrapados en el marco del asedio a la prisión de Hasaka.

“Pero incluso si salen de la prisión, su futuro es incierto. Su posibilidad de una vida familiar, o de volver a cualquier tipo de normalidad, es remota. Necesitan recuperarse y reintegrarse a sus comunidades”, ha dicho el coordinador de Ayuda de Emergencia de Naciones Unidas, Martin Griffiths, ante el Consejo de Seguridad.

En este sentido, ha detallado que los niños “tiritan en tiendas de campaña, en la nieve o están atrapados en centros de detención con pocas esperanzas de salir” y que, cuando lo hacen, no se les proporciona a las familias “la suficiente ayuda, protección civil o acceso a los servicios sociales básicos”.

Griffiths ha resaltado que es necesaria una financiación “inteligente” y esfuerzos humanitarios “creativos” para reducir la dependencia de la ayuda alimentaria en el país, donde los focos de conflicto que resurgen continúan cobrándose la vida de civiles.

Pese a los esfuerzos para llevar a cabo un plan de seis meses para llegar a las personas necesitadas en el noroeste de Siria, el coordinador de Ayuda de Emergencia de Naciones Unidas ha subrayado que estas operaciones “no pueden reemplazar el tamaño o alcance de la operación transferiza masiva”.

Con respecto a esto último, Griffiths ha advertido de que la financiación actual solo puede ayudar a cubrir la mitad de los más de 4 millones de personas en Siria que necesitan ayuda humanitaria para sobrevivir, especialmente ahora que se han recrudecido las tormentas y “ha aumentado” el sufrimiento de los desplazados, que “queman basura para mantenerse calientes”. De hecho, según los informes de Naciones Unidas, un niño habría muerto tras derrumbarse su tienda de campaña por el peso de la nieve.

El enviado especial de la ONU para Siria, Geir Pedersen, pidió este miércoles, de igual manera, ante el Consejo de Seguridad que se celebrasen “debates diplomáticos serios” para mitigar las consecuencias del conflicto.

“Muchos se enfrentan en este momento a gélidas condiciones invernales (en los campamentos). Decenas de miles son detenidos, secuestrados o desaparecidos”, resaltó.

Por su parte, la directora de crisis y conflicto en Human Rights Watch (HRW), Letta Tayler, indicó este jueves que la toma de la prisión por parte de las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS) pone fin al “mortal calvario” de los presos, si bien agregó que “la crisis más amplia que les afecta está lejos de estar resuelta”.

“La coalición encabezada por Estados Unidos y otros implicados necesitan garantizar rápidamente que todos los prisioneros, especialmente los heridos, enfermos y los niños están a salvo y reciben comida, agua y atención médica”, señaló.

“Retener a hombres, mujeres y niños en estas condiciones es algo inconsciente, ilegal y deniega a las víctimas la justicia por los crímenes de Estado Islámico”, remachó. La mayoría de los presos en cárceles en el noreste de Siria fueron trasladados desde Bhaguz, último bastión del grupo en el país.

Las fuerzas de seguridad kurdas anunciaron la toma del control de la prisión de Ghueiran tras cerca de una semana de combates con el grupo yihadista Estado Islámico, que el 20 de enero lanzó un asalto con las instalaciones para intentar liberar a miles de reos.

El asalto contra la prisión, que se saldó con más de 200 muertos, ha sido visto como una muestra del fortalecimiento del grupo yihadista, que durante los últimos meses ha incrementado sus ataques en partes de Irak y Siria.

MADRID. E.P.