Nueva fisura en Moncloa por el apoyo desde Unidas Podemos a los disturbios

La parte socialista del Gobierno recrimina a Echenique por alentar las protestas// La oposición pide a Sánchez que rompa con Iglesias
Mario Álvarez
Encapuchados en la manifestación de Barcelona en apoyo a Hasél. Foto: David Zorrakino/E.P.

Lejos aún de cerrarse la distancia abierta entre las dos alas del Gobierno por las políticas de igualdad, el apoyo de Unidas Podemos a los manifestantes que han causado disturbios por la entrada en prisión de Pablo Hasél ha abierto una nueva fisura.

La crisis la generó la noche del miércoles el portavoz parlamentario de Unidas Podemos, Pablo Echenique, cuando no se habían calmado aún las protestas que dejaron decenas de heridos y detenidos en Madrid y Barcelona, y él expresó “todo su apoyo” a los manifestantes “antifascistas”.

Sus palabras desataron un vendaval de críticas en la oposición –que volvió a instar al PSOE a romper con Unidas Podemos– y en las Fuerzas de Seguridad, así como en el sector mayoritario del Ejecutivo.

De hecho, el Gobierno le reprochó no haber condenado los actos violentos, y le pidió responsabilidad desde su puesto público para no alentar las protestas que la formación morada sin embargo ha evitado condenar por ahora.

El secretario de Relaciones con la Sociedad Civil de Podemos, Rafael Mayoral, evitó condenar los disturbios y la portavoz, Isa Serra, dijo que su grupo es contrario a “toda violencia” y lamentó el destrozo del mobiliario urbano, pero apoyó “la lucha por la libertad de expresión” .

Tras señalar que su grupo prefiere “siempre” las “movilizaciones pacíficas”, afirmó que quienes condenan lo sucedido en Madrid deberían condenar que en Barcelona una persona perdió un ojo por una bala de espuma.

Desde el Gobierno, fue la vicepresidenta primera, Carmen Calvo, una de las primeras en expresar su rechazo al apoyo del dirigente morado a los manifestantes violentos y le instó a ser responsable con su cargo público.

Recalcó que ningún derecho se puede defender ni expresar con violencia y consideró que es una línea roja absoluta. “Una cosa es defender que una democracia sea exigente con la libertad de expresión y otra muy diferente es alentar a estar en una situación en la que vimos heridos y detenidos”, añadió.

Desde Canarias, la ministra de Hacienda y portavoz del Gobierno, María Jesús Montero, defendió la libertad de expresión de Echenique, ya que no está en el Ejecutivo.

También el delegado de Gobierno en Madrid, José Manuel Franco, afeó su comportamiento, al señalar que no fue responsable en sus declaraciones y le recordó que en España existen cauces democráticos “más que de sobra para protestar”.

En la misma línea, la delegada del Gobierno en Cataluña, Teresa Cunillera, dijo que las personas con responsabilidades políticas deben aprovechar sus “altavoces” para decir claramente que “la violencia no es el camino”.

Desde la oposición, el PP pidió la dimisión del dirigente de Podemos y la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, elevó la responsabilidad de lo sucedido a Pablo Iglesias, y exigió a Sánchez que le cese inmediatamente por entender que está “siempre detrás de los movimientos vandálicos” y es un “aliado” de los violentos.

También la portavoz del PP en el Congreso, Cuca Gamarra, acusó a Sánchez de ser “cómplice” de Podemos.

La diputada de Ciudadanos María Muñoz exigió a Echenique que pida perdón y al Gobierno que se desmarque porque, de lo contrario, advirtió, la decadencia de la democracia no tendrá fin.