Rusia incrementa los bombardeos y no cesará hasta acabar con la resistencia

La evacuación de civiles en Mariúpol fracasa por segundo día consecutivo por los ataques orquestados desde el Kremlin // Siguen las detenciones de protestantes en el país asiático
Guerra en Ucrania
Ramiro Ponte
La policía rusa detiene a un manifestante contra la ofensiva rusa en Ucrania. Foto: EFE

Pese a la resistencia de Kiev, la contundencia de Moscú es certera y este domingo el Kremlin ofreció otra muestra de hasta donde puede llegar su brutalidad... Ucrania amaneció ayer entre pronunciados combates y bombardeos dirigidos por Rusia, que lejos de cesar recrudeció los ataques contra un país que hace menos de dos semanas vivía en paz.

Mientras la fuga de refugiados sigue haciéndose más y más grande, a la par que el asedio se estrecha sobre las principales ciudades ucranianas, el presidente ruso, Vladímir Putin, continúa con su estrategia y, como se temía y el mismo anunció durante la pasada jornada, mantendrá su llamada “operación especial”, iniciada el 24 de febrero, hasta que acabe la resistencia en ese país a la invasión y acepte sus demandas.

Así se lo comunicó, según la agencia estatal rusa RIA Nóvosti, en conversación telefónica a varios líderes internacionales que este domingo le han pedido infructuosamente un inmediato alto el fuego en Ucrania, como el presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, el primer ministro israelí, Nafatí Benet, o el mandatario francés, Emmanuel Macron.

Tal como informó el Elíseo, Putin no tiene intención de renunciar a los cuatro objetivos que se ha marcado con la invasión y pretende conseguirlos por aceptación de Kiev o con la guerra. En concreto, esas cuatros exigencias son lo que Moscú llama la “desnazificación” de Ucrania, su desmilitarización, el reconocimiento de la independencia de Crimea y el reconocimiento de la independencia del Donbás (ambas al este del país de Volodímir Zelenski).

De esta forma, el mandatario ruso parece dar por hecho que no hay tiempo para la paz, ni siquiera cortos periodos, en un conflicto que no deja respirar tampoco a la población civil. En esta línea, la evacuación de los ucranianos de la estratégica ciudad portuaria de Mariúpol fracasó ayer por segundo día consecutivo por los ataques orquestados desde el Kremlin. La evacuación de la ciudad, de 450.000 habitantes, se hubiera efectuado desde tres puntos mediante autobuses municipales y, siguiendo la ruta prevista y en una columna, en transporte privado.

En sus conversaciones con los líderes internacionales, Putin negó que los civiles sean un objetivo militar y culpó a las autoridades ucranianas al dejar salir a la población de las ciudades asediadas. Pero los datos y los hechos no dicen lo mismo:

Rusia invadió hace once días Ucrania y empezó a bombardear las principales urbes, provocando más de 2.000 civiles muertos, según las últimas cifras provisionales del Servicio Estatal de Emergencia ucraniano, y la huida de más de 1,5 millones de personas, según con la Agencia de la ONU para los Refugiados.

PROTESTAS DE SU PROPIO PUEBLO. Mientras la ofensiva continúa en Ucrania, y con ello la desesperación de cientos de miles de civiles (que siguen atrapados en Mariúpol, Kharkiv, Volnovaja, Irpin y Sumy, entre otras ciudades, al fracasar de nuevo la instauración de corredores humanitarios), miles de personas en Rusia respondieron este domingo al

llamamiento del líder opositor Alexéi Navalni para movilizarse en contra de la guerra dirigida por Putin.

Según los datos ofrecidos por las autoridades rusas, hubo al menos 3.500 detenidos de un total de 5.200 personas que participaron en diferentes protestas en las principales ciudades del país asiático. La más numerosa se celebró en Moscú, con cerca de 2.500 asistentes, de los que 1.700 fueron arrestados. Asimismo, 1.500 personas participaron en una protesta similar en San Petersburgo y 750 acabaron en el calabozo.

Por su parte, el líder opositor ruso Alexéi Navalni había instado desde la cárcel a la población del país a que “ignorase las prohibiciones” y saliese este domingo para exigir el fin de la invasión de Ucrania y protestar contra el presidente Putin como artífice de la intervención.