Sánchez apuesta por un Govern de izquierdas en el que no cabe JxCat

Moncloa ve más fácil entenderse con una Generalitat presidida por Aragonès// Para el partido de Borràs resulta contradictorio querer incluir a los comunes en un gabinete independentista
Mario Álvarez
Pedro Sánchez, ayer conversando con Gabriel Rufián en el Congreso. Foto: E. Parra/E.P.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, defendió ayer un Govern de izquierdas porque cree que es lo que demandaron los catalanes el pasado domingo y, por tanto, no tiene cabida en él JxCat, un partido en el que lamentó que haya dirigentes que comparten con Vox odio y xenofobia.

Hizo estas consideraciones en su respuesta en la sesión de control del Congreso a la diputada de JxCat Miriam Nogueras, que sustituye como portavoz de su grupo a la cabeza de lista de su partido en las autonómicas, Laura Borrás, según informa Efe.

El titular del Ejecutivo, en su primera valoración pública sobre las catalanas, subrayó que de estos comicios hay que extraer varias lecciones.

Entre ellas, que había habido una “clamorosa victoria” de Salvador Illa y del PSC, lo que a su juicio tiene aún más mérito por los infundios y calumnias vertidas sobre él durante la campaña.

“Se abre paso una demanda poderosa en la sociedad catalana de reencuentro y no de confrontación como ustedes vienen alimentando durante demasiados años”, dijo.

Reconoció que existe un conflicto entre dos partes de la sociedad catalana y reiteró por ello la necesidad de ese reencuentro y diálogo dentro de la legalidad democrática.

Consideró que se ha pedido orillar expresiones de extremismo, xenofobia y odio que se manifiestan en Vox y entre dirigentes de JxCat. “Eso también se lo tienen ustedes que hacer ver”, subrayó.

Recalcó por ello que Cataluña necesita un Gobierno distinto, progresista, liderado por el PSC y En Comú Podem.

Ésa es su conclusión tras unos resultados del 14-F en los que cree que los catalanes, tras un Govern fallido, dijeron que quieren un salida de izquierdas a la crisis y, por tanto, JXCat no entra en ella al ser un partido conservador, y reclaman también un diálogo dentro de la legalidad.

Además, y según indican a Efe fuentes del Gobierno, éste está seguro de que la relación con la Generalitat será más fluida con Pere Aragonés en la presidencia que si estuviera Laura Borràs, de JxCat, aunque ven claro que la CUP “apretará” y puede generar trabas en el entendimiento.

No hay fecha aún para poner en marcha la mesa del diálogo sobre Cataluña, en la que ERC planteará la amnistía de los presos del procès y el derecho de autodeterminación, pero ese espacio va para adelante, indicaron.

Por otra parte, y frente a esa interpretación de Sánchez, Miriam Nogueras señaló que el 14-F quedó demostrado que el modelo de país que defiende el Gobierno central perdió y los ciudadanos catalanes votaron en contra del expolio y la represión.

“El domingo ganó la república catalana con más del 50% de los votos, y ahora está en manos de las fuerzas independentistas catalanas hacerlo realidad”, añadió.

Tras ello, garantizó que los independentistas van a lograr un acuerdo por responsabilidad y recalcó que “el conflicto entre Cataluña y España sigue siendo internacional”.

Por su parte, la vicepresidenta y portavoz de JxCat, Elsa Artadi, consideró ayer que sería “contradictorio” incluir a los comunes en un Govern independentista.

En declaraciones a La 2 y Ràdio 4, advirtió de que sería un “contrasentido” si, después de que el independentismo haya “avanzado electoralmente” el 14-F, con un total de 74 escaños, se incluyese un nuevo socio “no independentista” en el Govern.

Se mostró partidaria de formar “un gobierno de independentistas, no uno con independentistas”, por lo que dejaría fuera a En Comú Podem, aunque reconoció que es Pere Aragonès, presidenciable de ERC, quien “debe decidir” qué aliados quiere.

La líder de los comunes en el Parlament, Jéssica Albiach, solicitó a ERC que no se deje “marcar el paso” por Junts hacia la política de la “confrontación”, ni en las negociaciones para formar Govern ni en la posterior relación con el Gobierno central.

En una entrevista en TV3, explicó que su equipo negociador –que pilotará David Cid– se reunirá esta semana con republicanos, cuperos y socialistas para abordar posibles alianzas.

Unas alianzas que, subrayó, en ningún caso pasan por negociar la propuesta de ERC, que plantea un Govern con republicanos, Junts, comunes y la CUP.

“Lo que no entiendo es por qué Aragonès quiere repetir un desastre de Govern. La inoperancia e incompetencia no se tapa sumando a más gente”, consideró.

Para ella, la mejor opción sería un tripartito de izquierdas que reuniera a PSC, ERC y comunes, aunque precisó que está abierta a otras opciones, como un Govern entre ERC y comunes con el apoyo externo de los socialistas.

En cualquier caso, destacó que cualquier acuerdo con los comunes debe contemplar tres pilares: “salida social a la crisis, mesa de diálogo y valores republicanos”.

mas llama a la reconciliación interna. El expresidente de la Generalitat Artur Mas defendió ayer la “reconciliación” entre JxCat y el PDeCAT, apuntó que hay “fórmulas” para hacerla posible, como presentarse en coalición a las elecciones, y señaló que los resultados del 14-F constatan que “la falta de unidad no lleva al éxito”.

En declaraciones a Rac1, afirmó que los resultados electorales del PDeCAT han sido un “fracaso” porque no ha conseguido entrar en el Parlament ni ser “clave” para articular el Govern, pero a su vez un “éxito” porque los 77.000 votos del Partit Demòcrata han hecho posible que el independentismo supere por primera vez el 50 % de votos en unas elecciones.

Artur Mas hizo campaña estas elecciones por el PDeCAT, partido del espacio exconvergente en el que milita tras no unirse a JxCat.

Sobre el nuevo Govern, señaló que “sería imperdonable que no hubiese un acuerdo entre las fuerzas soberanistas”, y que los resultados sitúan “prácticamente en un empate” a ERC y JxCat.

El líder del PPC, Alejandro Fernández, dijo que trabajará para “reagrupar” al “constitucionalismo europeísta y liberal” en Cataluña, rompiendo el silencio que mantenía desde la noche electoral.